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Artículo - Hacia una propuesta de valor en divulgación

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Gran Pirámide de Keops. Foto: Mario Agudo Villanueva
La propuesta de desarrollar un curso online de extensión universitaria para formar a profesionales del periodismo, la arqueología y el patrimonio en la divulgación científica nace a partir de la observación del panorama divulgativo español y de sus carencias. Es necesaria una propuesta de valor en divulgación que aporte calidad y contribuya a incrementar el conocimiento científico de nuestra sociedad, máxime a raíz de estudios como el que, entre otras lamentables realidades, revelaba que un 25% de los españoles cree que el sol gira alrededor de la tierra. Para ello debemos ir más allá de los medios de comunicación tradicionales y tener en cuenta todas las herramientas que la web 2.0 pone a nuestra disposición para amplificar el efecto de nuestros mensajes. En el curso “Arqueología, Patrimonio y Periodismo”, organizado por el Aula Virtual de la Universidad de Burgos, abordaremos, además de los ineludibles contenidos teóricos, la adquisición de habilidades necesarias en el manejo de estas herramientas de divulgación.

Divulgación frente a rigor ¿un binomio compatible?
A mediados de abril se presentó el libro resumen de la tesis doctoral del profesor Miguel Pérez Sánchez-Pla, titulado La Gran Pirámide, la clave secreta del pasado. Los medios de comunicación se hicieron eco de la noticia con titulares como “La Gran Pirámide de Keops, clave para una nueva teoría de la civilización” (Europa Press), “Descifran los enigmas de la Gran Pirámide de Keops” (ABC) o “Un arquitecto desentraña los enigmas de la Gran Pirámide de Keops” (Ecodiario) o, incluso, “La pirámide de Keops estaba coronada por una esfera de dos metros, según un arquitecto” (La Voz de Galicia). La información saltó a las Redes Sociales, donde se propagó como la espuma, especialmente en comunidades relacionadas con la arqueología y el Antiguo Egipto.

Poca gente se percató de que esta tesis fue leída en 2008 en la Universitat Politécnica de Catalunya, y ya tuvo su eco en los medios de comunicación hace unos años. Sin ir mas lejos, en mayo de 2012 encontramos una crítica absolutamente contundente del egiptólogo José Miguel Parra con el título “Gilipolleces piramidales”, en la que se refutan punto por punto las arriesgadas tesis del arquitecto barcelonés. Este tipo de noticias nos recuerda a otras, como las que apuntaban al descubrimiento de nuevas pirámides a través de Google Earth ("Descubren dos nuevas pirámides a través de Google Earth" - 20 Minutos), también criticada por el propio Parra en otro artículo demoledor "Apostilla a las pirámides de Google"; al hallazgo de las famosas pirámides bosnias ("La pirámide de Bosnia tendría 25.000 años de antigüedad" - NTD) o la infatigable búsqueda de la Atlántida ("National Geographic sitúa la Atlántida bajo las marismas de Doñana" - ABC).

Lo que nos interesa en este breve artículo no refutar este tipo de teorías, sino la causa por la que los medios presentan como nuevo y definitivo algo que es una simple tesis doctoral, en el mejor de los casos, que además no es nueva y que algunos de ellos ya publicaron en el pasado. Las informaciones que hemos mencionado en el caso de Sánchez Pla se dedican a sintetizar la comparecencia del arquitecto, exponer sus planteamientos sin espíritu crítico y destacarlos con un titular excesivamente concluyente y, cuando menos, discutible. No hacen más que de correa de transmisión de la noticia original de agencias, práctica habitual en la profesión periodística en la actualidad. Pero vamos por partes. 

Las redes sociales han revolucionado nuestra forma de comunicarnos. Foto: Mamadigital

Lo primero que llama la atención es la rotundidad del titular, que plantea como definitiva una hipótesis, que además no tiene mucho respaldo en el ámbito académico especializado. En ninguna de las noticias aparece un testimonio de contrapunto, que permita contextualizar o plantear otro punto de vista diferente sobre algo que es, cuando menos, arriesgado, pero que se plantea en términos absolutos. Solamente Ecodiario señala que la tesis se presentó en 2008, pero si es así ¿por qué siguen titulando como si fuera reciente? A todo ello hay que sumar la velocidad con la que se propagó en las Redes Sociales, que sirvieron como correa de transmisión de la noticia y colocaron el tema como uno de los más comentados de la semana en este ámbito, acabando por sentenciar la cuestión.

Estamos, por tanto, ante un panorama en el que se prima el titular por encima del contenido, en el que el rigor se diluye ante los focos del espectáculo. La rapidez con la que se suceden las noticias y la falta de espíritu crítico con que se consumen hacen que un tema que ya ocupó espacio en los medios de comunicación en 2010 y 2012, vuelva a aparecer de nuevo como algo novedoso solo por el hecho de que se presenta el libro resumen de la tesis, a pesar de que los planteamientos allí expuestos han sido seriamente discutidos por la comunidad científica. El resultado es una divulgación de ínfima calidad, que proyecta una imagen deficiente de lo que significa la investigación rigurosa y contribuye a transmitir un modelo estereotipado de profesiones como la arqueología, que aparece asociada con frecuencia a la aventura y al misterio.

Hacia una propuesta de valor
Todo ello pone de manifiesto dos problemas importantes en el panorama actual: la falta de rigor periodístico en el tratamiento de la información especializada y la superficialidad con la que se consumen las informaciones en las Redes Sociales, que son el tablero en el que se devoran las noticias aparecidas en los medios y el foro en el que se genera la opinión pública de una manera más evidente, con el perjuicio que ello supone dados los precedentes que hemos explicado. Las Redes Sociales no son más que el boca a boca por escrito, reflejo de lo que hay en la sociedad hoy por hoy. Son, por tanto, un universo absolutamente apasionante, que tenemos la obligación de explorar para propiciar un modelo de divulgación diferente al actual.

A la hora de plantearnos cómo enfocar nuestra estrategia divulgativa tenemos que tener en cuenta algunas premisas, que pueden deducirse de este caso práctico. En primer lugar, que las noticias que se emiten en los medios de comunicación tienen un equivalente económico, por el cual se sacrifica rigurosidad por audiencia y que conducen a este tipo de titulares-reclamo. En segundo lugar, que el profesional de la información se dedica, en la mayoría de los casos, a rebotar información sin contrastarla sobre la base de una mínima o inexistente reflexión crítica, en ocasiones arrastrado por la falta de tiempo, pero en otras por la falta de especialización. En tercer lugar, que una vez que la noticia está en la agenda, las Redes Sociales la consumen de forma voraz y superficial, provocando un impacto mucho mayor de lo que estábamos acostumbrados hasta ahora. La consecuencia final de todo este proceso es la pérdida de calidad de la información, la proyección de una imagen distorsionada de lo que es la arqueología y una banalidad preocupante en el tratamiento de los temas y en la posterior generación de opinión sobre ellos. 

Las nuevas tecnologías han contribuido a profundizar este abismo, pues han puesto sobre la mesa una revolución en la manera de comunicarnos con los demás. Han iniciado un proceso de ruptura en el flujo de comunicación habitual, en el que se diluyen las figuras de emisor y receptor. Pero además han ampliado exponencialmente la cantidad de información que nos llega a diario y la velocidad con la que desfila ante nuestros ojos. Vivimos sumergidos en la sociedad de la información, que tiene dos características básicas: la infoxicación – entendida como exceso de información- y la superficialidad –la información se convierte en un bien de usar y tirar. 

Esta situación, que puede parecer negativa, constituye una oportunidad importante tanto para el periodista especializado que quiera romper esta perniciosa dinámica como para el profesional que quiera realizar una propuesta divulgativa de valor, puesto que cualquier persona que tenga interés y conocimiento suficiente sobre un determinado tema, puede lanzarse a la aventura de darla a conocer con unas importantes perspectivas de éxito si es capaz de manejarse con acierto en las procelosas aguas de las Redes Sociales. Para ello están las herramientas que nos ayudan en todo el proceso comunicativo y cuyo conocimiento se antoja fundamental: manejo de fuentes, producción de contenidos y medición de los efectos. 

Herramientas como los lectores rss (Inoreader), los servicios de monitorización y análisis de información (www.acceso.com), producción de contenidos (Prezi) o las plataformas de gestión de Redes Sociales (Hotsuite) se perfilan como indispensables a la hora de estar informado e informar sobre nuestras áreas de interés. Manejar herramientas de gestión de contenidos, que nos permitan articular una narrativa transmedia, cuyo mensaje se adapte a las diferentes plataformas, es también una necesidad que se impone a la hora de divulgar. Por último es necesario también medir los efectos de nuestra comunicación: identificar a nuestros públicos, conocer qué es lo que más les atrae, qué contenidos funcionan mejor y cuáles son más compartidos, nos ayudará a enfocar nuestra tarea.

Solo a través de un esfuerzo combinado en el que se mezclen la especialización temática, la rigurosidad y el manejo de herramientas de comunicación que permitan proyectar nuestro mensaje en las Redes Sociales podremos plantear un modelo de divulgación alternativo al modelo de consumo masivo de información que ha venido dominando el panorama de la divulgación hasta ahora. 

Autor
Mario Agudo Villanueva


Noticia - El Museo de las Tumbas Reales de Egas se integra en el proyecto H2020 DigiArt

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Ajuar funerario de la tumba de Filipo II de Macedonia. En primer término su panoplia completa. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Vergina

El Museo de las Tumbas Reales de Egas (actual Vergina) ha anunciado su participación en el proyecto H2020 DigiArt - "The Internet of Historical Things and Building New 3D Cultural Worlds", en colaboración con otras siete organizaciones europeas. El proyecto, financiado por el Programa Europeo para la Tecnología y la Innovación Horizon 2020, tiene el objetivo de introducir nuevos métodos de análisis, musealización e interacción de nuestro patrimonio cultural, sobre las posibilidades que nos ofrecen las nuevas tecnologías aplicadas al patrimonio. 

El consorcio está liderado por el General Engineering Research Institute de la Universidad John Moores, de Liverpool y compuesto por el Eforado de Antigüedades de Ematia (que participa a través de Egas), el National Centre for Research and Technology de Francia (CNRS); el Centre for Research and Technology Hellas (CERTH), situado en Tesalónica la Universidad Sophia Antipolis de Niza, Francia, el NGO de las Ardenas, Bélgica y las empresas privadas VulcanUAV y Pix4D.

Alzado del Palacio Real de Egas en 3D. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Egas

El proyecto, de una duración de 36 meses, tiene una dotación de 3,2 millones de euros, financiada por completo por la Unión Europea, que será destinada a la consecución de resultados innovadores en el área de la divulgación cultural. El Eforado de Antigüedades de Ematia contribuirá al proyecto aportando su know-how en el desarrollo de modelos aplicados al patrimonio, así como sus aplicaciones piloto. 

Vergina: un museo multicéntrico e innovador
El Museo de las Tumbas Reales de Egas, en la actual Vergina, reúne una rica colección de piezas arqueológicas procedentes de las excavaciones llevadas a cabo en la antigua Egas, capital del reino de Macedonia hasta su traslado a Pella. Allí se encuentran, entre otros restos, la gran necrópolis real de la dinastía Teménida, cuyos máximos exponentes fueron Filipo II y Alejandro Magno.

Vista aérea del teatro de Egas. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Vergina
El yacimiento arqueológico de la antigua Egas alberga una gran cantidad de restos. El Palacio Real, construido durante el reinado de Filipo II, es tres veces más grande que el Partenón. Constituyó un hito paisajístico, pues al pie de la colina, era visible desde prácticamente toda la planicie de Ematia, como símbolo del poder político y cultural de la monarquía argéada. Las excavaciones llevadas a cabo en los últimos años han sacado a la luz prácticamente toda su planta, decorada con ricos mosaicos. Su imborrable recuerdo ha dado nombre a una pequeña localidad próxima a Vergina: Palatitsia. Junto al palacio, como símbolo de la generación de cultura asociada al poder de la monarquía, nos encontramos con el teatro, en cuyo interior fue asesinado Filipo II y que todavía hoy podemos visitar.

Representación del rapto de Perséfone en el Heroon de Egas. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Egas.

Además del Palacio, nos encontramos con un buen número de enterramientos, que configuran un extenso campo funerario, quizás el más importante de Grecia. Se han excavado varios conjuntos de tumbas: el más amplio es el cementerio de túmulos, con enterramientos que se remontan hasta el siglo XI a.C., aunque los más frecuentes son de la Edad del Hierro. Luego no encontramos con el cementerio arcaico, con enterramientos de los siglos VI y V a.C. Después tenemos tres túmulos reales: el de los teménidas (Cluster C), con doce tumbas del 550 al 300 a.C.; el de las reinas (Cluster B), con cuatro tumbas y tres monumentales enterramientos en cista -en este túmulo fueron encontradas la famosa "Dama de Egas" y la tumba de Eurídice, madre de Filipo II y abuela de Alejandro Magno-. Otro grupo es el conocido como necrópolis clásica, que se extiende entre los siglos V y IV a.C. cubriendo parcialmente el cementerio de época arcaica y, finalmente, los grupos de tumbas de Heuzey y Bella, cerca de la villa de Palatitsia, con tumbas datadas entre los siglos IV y II a.C.


Restos encontrados en la necrópolis arcaica. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Vergina
A parte de estos restos, que son los más importantes, nos encontramos con parte del trazado de la ciudad antigua, en el que destaca la muralla de la Acrópolis, así como con templos, como el de Eucleia y el de Cibeles. Los muros tienen tres metros de ancho y estaban reforzados por torres. El primer trazado se construyó en época de Pérdicas II, en el siglo V a.C., pero fue modificado y fortalecido por Filipo II en el siglo IV. El santuario de Eucleia se compone de dos templos, una stoa, un altar y un edificio períptero. En él se encontró una ofrenda de la reina Eurídice. El santuario de Cibeles o de la Madre de los Dioses, es una edificio de planta alargada, con diferentes estancias reunidas en torno a un núcleo central. Finalmente, hay una serie de edificios públicos que todavía se encuentran en investigación.

La gran extensión del yacimiento, que presenta puntos visitables muy dispersos, ha propiciado un modelo de museo descentralizado, con diferentes estancias, que permite al visitante realizar un recorrido por la historia para reconstruir el aspecto original del viejo centro neurálgico de la dinastía macedonia. Como complemento indispensable a la contemplación de las ruinas, el visitante cuenta con ayuda de las nuevas tecnologías, que le ayudan a interpretar, por ejemplo, cómo pudo ser el gran Palacio Real a través de una reconstrucción en 3D.

Estelas funerarias policromadas encontradas en la necrópolis de Egas. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Egas
Como novedad para este año 2015, el Museo de las Tumbas Reales de Egas está ultimando el lanzamiento del Museo Virtual de Alejandro Magno, un ambicioso proyecto que pretende recoger en un sitio web toda la información disponible sobre el monarca macedonio, con el objetivo de convertirse en punto de referencia para el conocimiento de su figura histórica. 

Más información
Página web del museo - http://www.aigai.gr/en

Acceso al Ebook del Museo de las Tumbas Reales de Egas editado por Latsis Foundation- http://www.latsis-foundation.org/megazine/publish/ebook.php?book=75&preloader=1

Artículo sobre la Tumba de Filipo II - "La tumba de Filipo II: el legado arqueológico del ideal homérico"

Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Teo Palacios y Javier Pellicer: "existe un pasado que merece ser recuperado y mantenido"

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Portada de "Retales del pasado"
Recientemente se ha presentado un proyecto de colaboración que tiene el objetivo de reunir fondos para la protección del patrimonio. Se trata de un novedoso modelo en el ámbito de la novela histórica en el que diferentes escritores españoles han sumado una serie de relatos breves que ha cristalizado en la obra "Retales del Pasado", editada por Pámies. Con el dinero recaudado, se ayudará al proyecto Biblioteca Viva Al-Ándalus. Mediterráneo Antiguo ha querido contactar con Teo Palacios, uno de los compiladores, y Javier Pellicer, uno de los novelistas que ha participado. 

Pregunta - Explícanos brevemente en qué consiste el proyecto que ha cristalizado en "Retales del Pasado"
Respuesta - Javier Pellicer: "Retales del Pasado" fue una idea que surgió durante las conversaciones que teníamos en un grupo de escritores de novela histórica. Deseábamos hacer algo en común, y el paso lógico era una antología de relatos colectiva. Este tipo de proyectos literarios son muy habituales en otros géneros, pero no tanto en la histórica. Creímos que de este modo lograríamos dar un poco de visibilidad al género y a los autores actuales que nos movemos en él. Pero pensamos que la cosa podía ir más allá: si íbamos a defender la literatura histórica, ¿por qué no dar un paso más y abordar otra gran problemática que nos preocupaba a todos? Me refiero, por supuesto, a la lamentable situación que atraviesan muchas entidades y colectivos relacionados con la conservación del patrimonio histórico en nuestro país. A la mayoría de los autores nos horrorizan ejemplos como el de las antiguas murallas musulmanas de la ciudad de Valencia, prácticamente desaparecidas salvo tramos llenos de pintadas; o el mal uso de monumentos arqueológicos para actividades lúdicas que suelen estropear los restos; o sencillamente el abandono de yacimientos que, bien gestionados, podrían reportar grandes beneficios para todos (en términos económicos y sociales). Así que decidimos que los beneficios que obtuviéramos los autores irían inmediatamente a la entidad que eligiéramos, y así mostrar a los lectores que existe un pasado que merece ser recuperado y mantenido por el bien de las nuevas generaciones.

Pregunta - ¿Cómo se ha llevado a cabo la selección de los autores?
Respuesta - Teo Palacios: El grupo principal de autores vino prácticamente de forma automática por el grupo en el que se estaba intentando dar forma a la idea, tal como Javier comentaba en la pregunta anterior. De allí salieron Sebastián Roa, Concha Perea, Carolina Molina, Manuel Sánchez-Sevilla, Ricard Ibáñez, Miguel Aceytuno y Ramón Muñoz. Luego decidimos que podríamos invitar a varios autores más a fin de ampliar el espectro de lectores, de modo que nos pusimos en contacto con Javier Negrete, Nerea Riesco, Francisco Narla, Mado Martínez, Carla Montero, José de Cora, Magdalena Lasala, María Pilar Queralt del Hierro, Carlos Aurensanz y Olalla García. Hay que decir que todos ellos se entusiasmaron de inmediato con la propuesta.

Pregunta - ¿Qué es la Biblioteca Viva de Al-Ándalus y para qué proyectos necesita esos fondos?
Respuesta - Javier Pellicer: La Biblioteca Viva de al-Ándalus es una entidad cordobesa con un objetivo tan admirable como poco conocido. Su tarea es recuperar y catalogar documentos históricos de relevancia, especialmente centrados en la cultura andalusí que existió en el sur del país. Del mismo modo, todos estos documentos son puestos a disposición del público a través del préstamo bibliotecario. También realizan actividades culturales relacionadas, como ciclos de conferencias o lecturas. Para saber más, animo a que cualquier interesado visite su web: http://www.bibliotecavivadeal-andalus.org/ Nos decantamos por esta entidad al enterarnos de que en los últimos tiempos estaba sufriendo drásticos recortes en su presupuesto por parte de la administración. Creímos que era una entidad que cumplía con el requisito de defensa del patrimonio histórico de un modo distinto, y que hermanaba la pasión de los escritores que participamos: la Historia y los libros.

Sede de la Biblioteca Viva Al-Ándalus
Pregunta - ¿Creen que hay una mayor preocupación de la administración por la conservación del patrimonio material, más explotable turísticamente, que por el legado histórico no material?
Respuesta - Teo Palacios: En realidad, hay poca preocupación, con independencia del objetivo que se persiga. De hecho, se puede notar incluso una total falta de tacto. Hace poco saltó la noticia de que se pensaba utilizar nada menos que el anfiteatro de Mérida para un torneo de pádel. Fue tal el revuelo que se organizó que finalmente se retiró la propuesta. Pero eso es lo que tenemos; por motivos como ese son necesarias las acciones como la que ponemos en marcha con "Retales del Pasado".

Pregunta - ¿Qué tal acogida ha tenido vuestra iniciativa?
Respuesta - Teo Palacios: Entre el público muy buena. Solo en Facebook logramos más de mil seguidores en tan solo un par de horas. Puede parecer poco, pero teniendo en cuenta que todo se hace sin recursos y con el esfuerzo de los implicados es todo un logro. Los medios de comunicación tan bien se han interesado mucho por la noticia, y no es de extrañar. En cuanto a las librerías, hay de todo, pero en la editorial están muy contentos de la acogida que está teniendo el libro. Ahora falta esperar a los lectores, que en breve nos irán contando impresiones.

Pregunta - ¿Qué objetivos esperan conseguir?
Respuesta - Javier Pellicer: Fundamentalmente, dos. En primer lugar, aportar una ayuda económica a una entidad dedicada a la defensa del patrimonio histórico. Sin embargo, la meta principal es difundir este problema y mostrar a la gente, a los lectores, que no podemos mirar hacia otro lado mientras nuestro pasado se derrumba y desaparece. Si perdemos el legado de quienes vivieron en nuestras tierras antes que nosotros, ¿de qué escribirán los autores del futuro? ¿Cómo podrá un escritor recrear la época íbera, romana o musulmana, si no tiene yacimientos o documentos antiguos que le inspiren?

Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Luis Castaño Sánchez: "en la Antigüedad no existieron diferentes sistemas de medidas"

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Hombre de Vitrubio, Leonardo da Vinci. Foto: Wikipedia
El profesor Miguel Pérez Sánchez-Pla ha presentado recientemente un libro titulado “La Gran Pirámide, la clave secreta del pasado”, en el que viene a sintetizar la tesis doctoral que defendió en 2008 en la Universitat Politécnica de Catalunya, en la que defiende que los egipcios tenían conocimientos avanzados de geometría, geodesia, astronomía e historia, incluso que llegaron a conocer el número pi. Muchas voces se han levantado contra estos arriesgados planteamientos, nosotros nos hemos querido detener en una de ellas, la del filólogo Luis Castaño Sánchez, especialista en sistemas de medición en la Antigüedad, con quien hemos querido repasar además otros temas de interés relacionados con esta materia. 

Pregunta - ¿Cuándo empieza el hombre a establecer un sistema de medida y por qué?
Respuesta - A día de hoy no puedo responder a esta pregunta con certeza. Sí puedo señalar de qué fecha data el patrón físico de medida más antiguo de la Historia. Se trata de una barra metálica con unas marcas conservada en el Museo Arqueológico de Estambul conocida con el nombre de “Nippur Cubit Rod” (Barra del Codo de Nippur) que data del Siglo XXVII AC.   De las marcas de esa barra, algunos especialistas (Huber, Rottlander) han deducido una medida de 51'8 cm a la que llaman Codo de Nippur. Sin embargo a lo largo de mi investigación he descubierto que esa propuesta es errónea. Esa barra nos ofrece tres medidas (Pie 25'65 cm, Codo 45 cm y 3 Dedos 5'4 cm) que corresponden, todas ellas, al Canon Original: un Hombre de 1'80 m.

Nippur Cubit Rod, en el Museo Arqueológico de Estambul. Foto: Wikipedia
A raíz del estudio de círculos de piedra megalíticos, otro autor (Alexander Thom) propuso una medida de 82'9 cm a la que llamó Yarda Megalítica. De dicha medida no hay pruebas físicas por lo que podría ser errónea. Por otro lado es posible que los círculos de piedra estén relacionados con el Canon Original. Los motivos para afirmar esto es que las piedras de Stonehenge parecen estar distribuidas según una cuadrícula basada en el Hombre. Pero esto es algo que está aún por estudiar. En definitiva parece que el ser humano empezó a establecer un sistema de medidas basado en el cuerpo ya en los inicios de nuestra Historia, quizá incluso en la Prehistoria. 

En cuanto a los motivos, a día de hoy veo difícil asegurar una respuesta. Probablemente por razones prácticas, pero en mi opinión aún queda mucho por investigar en Metrología Histórica como para poder responder a esto.

Pregunta - ¿Condiciona el sistema métrico la manera que tienen las sociedades de interpretar el espacio o bien podríamos decir que ocurre al revés?
Respuesta - También es una pregunta difícil de responder. Lo que sí puede afirmarse es que una vez establecido un sistema métrico parece desarrollarse un especial apego al mismo, quizás por costumbre o por comodidad. Pondré un ejemplo. La instauración del actual Sistema Métrico Decimal (cuyo objetivo era unificar unas medidas que, en esa época, ya eran muy dispares entre diferentes países) encontró mucha resistencia en la época. Uno de los motivos de dicha resistencia fue que sus unidades (metro, centímetro y otras), al contrario de las unidades antropométricas del Sistema de Medidas Antiguo (Codo, Palma, Dedo y otras), no eran fáciles de comprender de manera intuitiva.

Pregunta - De las civilizaciones antiguas ¿cuál era el sistema métrico más sofisticado?
Respuesta - Esta pregunta contiene un error de base que quiero señalar. La pregunta parte de la idea de que en las civilizaciones antiguas había diferentes sistemas de medidas, un planteamiento que se encuentra en los trabajos de muchos especialistas en Metrología Histórica. Sin embargo en mi trabajo de investigación he descubierto que en la Antigüedad no existieron diferentes sistemas de medidas, sino un único sistema de medidas que era común a muchas culturas de la Antigüedad y al que he llamado Sistema de Medidas Antiguo.  La unidad central de este sistema de medidas era el Canon Original, un Hombre en T de 1´80 metros en cuadrícula que encontramos ya en Nippur y que llega hasta el Hombre de Leonardo y más allá.

Pregunta - Recientemente ha vuelto a salir en los medios una controvertida tesis del profesor Pérez-Sánchez Pla que se presentó en el año 2008. Según el arquitecto barcelonés, los egipcios tenían un sistema de medida muy avanzado, incluso conocían el número Pi ¿qué opina de este estudio?
Respuesta - Tal y como indico en una Nota de Prensa que estoy intentando hacer llegar a diferentes medios de comunicación, la Tesis del Sr. Pérez-Sánchez es errónea. El Sr. Pérez-Sánchez parte de una única medida: la medida de 52'36 cm propuesta por Williams Flinders Petrie como Codo Real. Esta unidad de medida es la unidad de medida admitida hoy en día. De hecho las dimensiones de la Gran Pirámide y otras suelen expresarse así. Pero hay varios problemas.

En primer lugar hay que señalar que no se empleó una única unidad de medida sino, lógicamente, un sistema de medidas completo: el Sistema de Medidas Antiguo. En dicho sistema de medidas, recogido físicamente en patrones y explicado textualmente en infinidad de textos antiguos, la Palma medía 7'5 cm, el Codo -6 Palmas- medía 45 cm y el Codo Real -8 Palmas- medía 60 cm. La medida de 52'36 cm propuesta por Petrie corresponde a 7 Palmas -52'5 cm- pero no al Codo Real -60 cm-.

En segundo lugar hay que señalar que las medidas de la Gran Pirámide ya vienen recogidas en esos textos antiguos y no en Codos Reales sino en Pletros. Así, el lado de la base de la Gran Pirámide medía 8 Pletros, el Pletro medía 100 Pies Reales y el Pie Real medía 4 Palmas (30 cm) o 16 Dedos (28'8 cm). Así que: Dedo 1'8 cm → Pie Real 28'8 cm → Pletro 28'8 m → Gran Pirámide 230'40 m.

En tercer lugar hay que señalar que el Sistema de Medidas Antiguo establece toda una serie de relaciones entre medidas lineales y circulares sin necesidad alguna de conocer el valor de Pi.

Pirámide de Keops. Foto: Mario Agudo Villanueva
Por último, el Sr. Pérez-Sánchez suele insistir que en su reconstrucción ha llegado a una precisión de 1/20 de milímetro. Esto se me antoja no sólo absurdo, sino incorrecto. En primer lugar porque como el propio Sr. Pérez-Sánchez reconoce en su web: “la Gran Pirámide se encuentra mutilada y ha llegado hasta nosotros hecha una monumental ruina”; luego es imposible llegar a tal grado de precisión. Y en segundo lugar porque los patrones egipcios de 7 Palmas -52'5 cm-, que se conservan en diferentes museos, oscilan de 52'2 cm a 52'7 cm; luego si los egipcios no eran capaces de tan elevada precisión ni en objetos relativamente pequeños ¿cómo podrían serlo en un gran edificio?

Pregunta - La mayoría de sistemas métricos de la Antigüedad toman como referencia al hombre ¿cuál ha sido la medida más utilizada y por qué?
Respuesta - Esta pregunta parte de nuevo del mismo error de base que la pregunta tres. Por tanto vuelvo a señalar que en mi trabajo de investigación he descubierto que en la Antigüedad, en origen, no hubo distintos sistemas métricos sino un único sistema de medidas: el Sistema de Medidas Antiguo.  La unidad central de este sistema de medidas era el Canon Original, un Hombre en T de 1´80 metros en cuadrícula, pero había muchas otras. Como unidades menores tenemos el Codo (45 cm), el Pie (25'65 cm), la Palma (7'5 cm), el Dedo (1'8 cm) y muchas otras -incluyendo también unidades menores al Dedo-. Como unidades mayores, múltiplos del Hombre y de sus unidades menores, tenemos el Pletro, el Estadio, la Milla y muchas otras. Queda, pues, mucho por estudiar aún.

Nosotros no utilizamos únicamente una medida (metro, cm, km) sino un sistema de medidas completo, seleccionando en cada momento la que más nos conviene. Ellos hacían lo mismo. De hecho, tras haber revisado cientos de trabajos sobre Metrología Histórica (el último de ellos la Tesis de Antoine Pierre Hirsch: “Ancient Egyptian Cubits. Origin and Evolution”). Me basta con leer frases como “La antigua unidad egipcia de medida lineal era el Codo (mh)” para saber que el autor parte de planteamientos erróneos y que no conoce con exactitud el Sistema de Medidas Antiguo

Autor
Mario Agudo Villanueva

Exposición - La muestra "Earth's Enduring Gifts" se inaugura en el Instituto Telloglio de la Universidad Aristóteles de Tesalónica

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Cuencos con diferentes cultivos de la tierra griega. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Vergina
La muestra "Earth's Enduring Gifts" -Regalos permanentes de la tierra- se inauguró el pasado 18 de mayo en el Instituto de Artes Telloglio, de la Universidad Aristóteles de Tesalónica. La exposición, co-organizada por el propio Instituto Telloglio, el Museo de las Tumbas Reales de Vergina, el Museo Arqueológico de Veria y el Instituto de Biotecnología Aplicada del CERTH -Centro Hellas para la Investigación y la Tecnología-, se enmarca en el contexto del Día Internacional de los Museos y podrá visitarse hasta el 30 de septiembre. En la muestra también participan el Museo de Pella, el Museo Arqueológico de Tesalónica, el Museo de Prehistoria de Thera, el Museo de Yesos de la Universidad Aristóteles de Tesalónica, el Museo de Cultura Bizantina, el Museo del Vino Gerovasiliou y el Museo Loulis

El objetivo de la muestra es proyectar la riqueza y biodiversidad de Grecia como proveedor atemporal de recursos e inspiración para el desarrollo económico, social, cultural y científico de las culturas que han poblado el país desde la Prehistoria. El visitante tiene la oportunidad de realizar un viaje en el tiempo y en el espacio, comenzando en Thera, que simboliza el esplendor más remoto de Grecia, deteniéndose en el reino de Macedonia y avanzando hasta la Edad Contemporánea. La exposición combina hallazgos arqueológicos relacionados con la explotación de los recursos naturales y enfoques científicos contemporáneos encaminados a poner en valor la biodiversidad de la tierra griega. 

Vista general de la muestra. Foto: Museo de las Tumbas Reales de Vergina
La muestra forma parte del programa principal de la 5ª Bienal de Arte Contemporáneo de Tesalónica, organizado por el Museo Estatal de Arte Contemporáneo con la contribución del Movimiento Cinco Museos de Tesalónica y del propio ayuntamiento de la Ciudad.

Entrevista con Ruth Young: "no tenemos ninguna hipótesis inicial sobre Alejandro Magno en relación con los kalash"

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Espectacular vista del Valle de Kalash. Foto: Talha Khan. Fuente: Wikimedia Commons
Algunos medios internacionales se hicieron eco hace unas semanas de la investigación que un grupo interdisciplinar co-dirigido por el Dr. Abdul Samad, director de Arqueología y Museos de Khyber Pakhtunkhwa, junto con la Dr. Ruth Young, investigadora británica, profesora de arqueología de la Universidad de Leicester, han iniciado en el valle del Chitral, en Pakistán, para investigar el origen de los kalash, una etnia cuyas diferencias culturales y raciales con el resto de la población de los alrededores han disparado las especulaciones sobre su posible vinculación con comunidades griegas afincadas en la zona después de la conquista de Alejandro Magno. No es el único lugar del Hindu Kush poblado por supuestos descendientes de los contingentes helenos, hace unos años ya publicamos otra teoría por la cual se atribuía origen occidental a los habitantes de una aldea llamada MalanaMediterráneo Antiguo ha querido profundizar en esta interesante investigación de la mano de Ruth Young, una de las personas más relevantes del proyecto. 

Pregunta - ¿Qué puede explicarnos sobre la comunidad étnica kalash: lenguaje, religión, costumbres?
Respuesta - Puedo contarte poco de la comunidad étnica kalash, en la medida en que son el grupo no musulmán más grande que vive actualmente en el Hindu Kush, ellos veneran una amplia gama de dioses y tienen una organización social y relaciones de géneros que son muy diferentes a la comunidad islámica kho, en el valle princinpal de Chitral. Aunque, como estamos justo al comienzo de nuestro proyecto, sabremos mucho más (o esperamos hacerlo) después de la primera sesión de trabajo de campo, que debe empezar a corto plazo. 

Trajes populares de la etnia kalash. Foto: Manalahmad Khan. Fuente: Wikimedia Commons

Pregunta - ¿Cuáles son los yacimientos arqueológicos que habéis incluido en la investigación?
Respuesta - Por el momento no tenemos ningún sitio objetivo para excavar. La primera fase del proyecto se basa en dos cosas. Primero queremos llevar a cabo una encuesta entre los propios kalash y preguntarles sobre su concepción del patrimonio y sus necesidades, así como sobre su folclore, leyendas y demás. Segundo queremos llevar a cabo prospecciones sistemáticas no invasivas para identificar sitios arqueológicos en los valles donde viven los kalash, que será el primer trabajo de este tipo que se lleve a cabo en la zona. Después, en años posteriores, podremos llevar a cabo excavaciones en lugares objetivo seleccionados a partir de estos sondeos. 

Pregunta - Hablar del origen de una comunidad étnica les llevará a incluir estudios antropológicos también. ¿Cuáles son los principales puntos de su investigación?
Respuesta - Combinaremos encuestas etnográficas (folclore, creencias) con trabajo arqueológico, que por primera vez se realizará en esta región. 

Pregunta - A parte de estas cuestiones ¿alguna otra tarea reseñable en una experiencia pionera como ésta?
Respuesta - Yo creo que más o menos se ha explicado en los puntos anteriores, pero si quieres un poco más de detalle, podría decirte que uno de los aspectos que queremos intensificar es la involucración de las comunidades locales, por lo que mantendremos talleres y foros de discusión, así como también haremos participar a los académicos locales en los equipos de campo. 

Pregunta - Usted trabajo junto con Abdul Samad, director de Arqueología y Museos de Khyber Pakhtunkhawa. ¿Qué grado de implicación tienen actualmente las autoridades locales en el proyecto?
Respuesta - Dr. Abdul Samad, director de Arqueología y Museos, KPK y yo somos co-directores, y el apoyo de las autoridades locales es fundamental. También trabajamos con el departamento de turismo y las universidades locales. Dr. Samad tiene una experiencia arqueológica enorme, y en particular, un gran conocimiento del patrimonio arqueológico de Chitral, incluyendo Kalash

Separador de escenas con amorcillos bajo un árbol. Noreste de Pakistán. Siglos I-III d.C. El estilo de fusión entre lo helénico y lo asiático alcanzó en Gandhara su máximo exponente. Es uno de los legados materiales de la conquista de Alejandro Magno en la zona del Hindu Kush. Foto: Berlín, Museum fur Asiatische Kunst SMB PK, Kunstsammlung Sud- Sudost- und Zentralasien

Pregunta - Una vez que han enfocado su investigación ¿tiene alguna hipótesis inicial sobre el enlace ancestral entre los kalash y el ejército de Alejandro Magno?
Respuesta - No tenemos ninguna hipótesis inicial sobre Alejandro Magno en absoluto. Estamos haciendo este trabajo para tratar de averiguar más información sobre los orígenes de los kalash desde dos perspectivas - sobre los mismos kalash a través de su folclore, leyendas y demás, y sobre la posibilidad de encontrar yacimientos arqueológicos en el futuro. Podemos encontrar muy poco, o mucho, a través de la arquelogía.

Pregunta - ¿Cuáles serán los siguientes pasos en su investigación?
Respuesta - Os mantendremos informados al final de la primera temporada. 

Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Pedro Olalla: "en Atenas se puso en marcha un revolucionario proceso orientado a compensar la desigualdad económica a través de la igualdad política"

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Vista general del Ágora griega de Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva
El asturiano Pedro Olalla se ha convertido en una referencia de primer nivel en cuestiones relacionadas con el pasado, el presente y el futuro de Grecia. Residente en Atenas, nombrado recientemente embajador del helenismo, es un hombre polifacético que trabaja como escritor, profesor, traductor, fotógrafo y cineasta. Entre sus más de 30 libros, publicados en diferentes idiomas, cabe destacar su última aportación: "Grecia en el aire. Herencias y desafíos de la antigua democracia ateniense vistos desde la Atenas actual", editada por Acantilado. Mediterráneo Antiguo ha querido acercarse a la obra y el pensamiento de este autor, indispensable para conocer la realidad griega desde una perspectiva privilegiada.  

Pregunta - Usted lleva desde el año 1994 viviendo en Atenas. Desde su punto de vista, y salvando las distancias temporales, ¿qué queda en el griego moderno del ciudadano ateniense de la época clásica?
Respuesta - Lo mismo que en el resto de los europeos; es decir, casi nada. En cuanto a la condición de ciudadano se refiere, todos somos hoy mucho más ciudadanos romanos que griegos, es decir, sujetos pasivos de derechos y obligaciones, pero no portadores activos de la esencia política de la sociedad.

Vista de la Acrópolis y el monte Likavitos desde la explanada de la Pnyx, lugar de la celebración de la Asamblea. Foto: Mario Agudo Villanueva


Pregunta - Dice usted en su libro "Grecia en el aire" que la historia de la democracia ateniense es el paso progresivo del poder a manos de los ciudadanos. ¿Estamos en el momento actual en una involución en este sentido?
Respuesta - Hoy, desgraciadamente, por mucho que creamos vivir en democracia, las decisiones reales se toman cada vez más y más lejos de la ciudadanía.

Pregunta - La democracia es la cristalización de las reformas de Solón, y más tarde de Clístenes y Pericles, miembros de una de las familias aristocráticas más importantes de la polis, los Alcmeónidas. ¿Podemos decir, pues, que la democracia ateniense es un avance social impuesto desde arriba, o realmente surge por un interés de la ciudadanía en la participación política?
Respuesta - La democracia ateniense no surgió de una revolución, en el sentido de la revolución francesa o la soviética; pero tampoco fue una dádiva otorgada desde arriba. Surgió de un novedoso consenso entre las pretensiones de los ricos y las de los pobres, guiados ambos por el deseo de evitar una guerra civil. Así lo explica en su “ElegíaSolón, que fue nombrado mediador en aquellos conflictos. Ese consenso se consigió mediante el incremento de la participación de todos en la defición del intrerés común y en la toma de decisiones políticas; dicho de otro modo, con ese consenso se puso en marcha un revolucionario proceso orientado a compensar la desigualdad económica a través de la igualdad política.

Pregunta - Claude Mossé vinculaba el surgimiento de la democracia a la necesidad de remeros para mantener la guerra en el mar contra Persia. ¿Hasta qué punto está de acuerdo con esta afirmación?
Respuesta - No puede señalarse como causa única, pero sí es cierto que a los ciudadanos hoplitas que remaban en las trirremes y arriesgaban su vida en defensa de la “polis” no podía negárseles alegremente, en cuanto se bajaban de las naves, el derecho a intervenir en las decisiones que afectaban a la ciudad. 

Portada del libro "Grecia en el aire", editado por Acantilado

Pregunta - Un estudio de Vernant sobre Hestía pone de manifiesto el peso que esta diosa tenía en la custodia de los bienes comunales. ¿Hasta qué punto podemos hablar de una base religiosa o sagrada en el respeto de los atenienses hacia lo público?
Respuesta - Este es un tema amplio y muy interesante. Es un hecho que, dada su importancia, las cuestiones públicas estaban, en un alto grado, investidas de sacralidad. Lo prueba el propio carácter de la Tholos como hogar común (Hestía) de la ciudad, o el hecho de que el Ágora estuviera acotada por mojones como un témenos, un recinto sagrado, del que quedaban excluidos quienes atentaban contra los intereses de la ciudad o descuidaban la atención de sus mayores. Para los ciudadanos atenienses, la vida pública era un espacio de realización personal como seres humanos.

Pregunta - En el discurso que pronunció en su nombramiento como embajador del helenismo, decía que "Grecia es una patria espiritual eternamente joven", una manera muy poética de expresar el legado cultural del país heleno. ¿Parte de los males que nos acontecen hoy en día se deben al alejamiento de la cultura clásica?
Respuesta - La cultura griega no señaló dogmas: señaló fundamentalmente ideales, de ahí que su carácter sea marcadamente abierto, inspirador –joven, por lo tanto–, y, en gran medida, permanentemente revolucionario. Negarnos el conocimiento y el cultivo de esa herencia y de esas actitudes es poner serias trabas a la posibilidad de construir una sociedad más justa, más ética y más libre. 

Más información en www.pedroolalla.com

Autor
Mario Agudo Villanueva

Artículo - sobre la navegación prehistórica en el Mediterráneo: un nuevo paradigma

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Mar Mediterráneo. Perfectas condiciones para la navegación de cabotaje. 
Sin duda que uno de los capítulos más apasionantes de la Prehistoria es el relativo a la dimensión naval de nuestros antepasados. ¿Hasta qué límites podemos aceptar la existencia de una navegación prehistórica? ¿se habrían servido del cabotaje o prescindieron por completo de puntos de referencia terrestres? ¿cuál sería el diseño de aquellas embarcaciones? Por desgracia, los materiales empleados (maderas, telas, cañizo, cuerdas o incluso clavos de cobre más tarde) no han podido resistir el paso del tiempo, salvo algunas rarísimas excepciones. Tampoco nos han quedado demasiadas fuentes documentales, si bien en los albores del naciente período histórico ya contamos con interesantísimas representaciones; es el caso de los monóxilos de las sartenes cicládicas. No obstante todavía hoy podemos comprobar cómo algunas culturas siguen construyendo barcazas o ingenios similares a los que imaginamos fueron aquellas embarcaciones prehistóricas.  

Grabado que muestra una embarcación polinesia, del tipo que podría haber surcado el Mediterráneo en tiempos prehistóricos
Como no puede ser de otra forma, la asunción de esta pronta capacidad de navegación abre la puerta a contactos culturales entre territorios que  se suponían aislados entre sí. Por ejemplo, en el ámbito mediterráneo los fenicios son considerados los primeros navegantes con la destreza suficiente para moverse libremente. Y tanto es así que, poco después del 1.000 a.C., se fundarán las primeras colonias comerciales a este lado del Mediterráneo. Un magnífico ejemplo de cómo la navegación permite la expansión cultural de un pueblo más allá de su órbita geográfica inmediata. Del mismo modo, otras comunidades se desarrollarán asimilando el nuevo flujo cultural y genético venido de ultramar. Y si como bien sabemos estos afamados marineros dejaron su impronta  en tierras tan lejanas a la metrópoli como Cádiz, Ibiza o la propia Cartago, aceptar que la navegación en el Mediterráneo se inicia al menos desde el IX milenio antes de Cristo (con la expansión neolítica o aún antes) nos lleva a asumir un paradigma completamente nuevo. 

La navegación podría resolver algunos callejones sin salida a los que se enfrenta la Prehistoria. Aunque quizás no sea completamente justo afirmar que la ortodoxia niega tal posibilidad: no hace mucho se acuñaba un concepto un tanto difuso, protoorientalización, para referirse a cierto fenómeno de asimilación de elementos culturales de corte oriental por parte de la mitad occidental del Mediterráneo. En cuanto a su datación, la mayoría de autores estiman que pudo iniciarse alrededor del 1.400 a.C.;  sobre quiénes lo protagonizaron, cómo y el porqué poco se sabe. Ahora bien, como ya habrá supuesto el lector, con este artículo pretendo ir mucho más allá: existen suficientes indicios para asumir que el Hombre se enfrentó a semejante reto desde tiempo inmemorial, es el caso de la colonización de Australia. Fue inevitable superar una travesía de 50 km en mar abierto, ¡ni más ni menos que hace 50.000 años!. Es decir, que hasta cierto punto, el Homo sapiens a partir del Paleolítico Medio ya conocería (por más que fuera de manera tosca) cómo ingeniárselas ante una masa de agua más o menos extensa... Claro que volviendo a lo mencionado más arriba, la navegación mediterránea (entiéndase como técnica de cierta sofisticación) parece remontarse al IX Milenio a.C. Por supuesto que desde entonces debemos suponer, a todos los niveles, una progresiva evolución:  los hippos (las avanzadas naves fenicias) no serían más que herederos de un legado náutico de larguísima tradición.

"Sartén" cicládica con decoración de un barco incisa. Cicládico inicial II, Jalandriani, Siros (cultura Keros-Siros, 2800-2300 a. C.). Fuente: Wikipedia
Aunque alejado en tiempo y en espacio, el pueblo polinesio es un buen espejo donde mirarnos. Estos intrépidos marineros, cuyas habilidades les permitieron colonizar las islas del inmenso Pacífico, no precisaron de un especial desarrollo tecnológico. Con sus piraguas dobles, una suerte de catamaranes modernos, se expandieron a lo largo de un vasto océano sin más ayuda que la de sus remos y su conocimiento de las corrientes y los vientos. La sociedad polinesia desconocía los metales y ni mucho menos su ciencia podría compararse a la de civilizaciones como las de  Sumer o el Antiguo Egipto. Se constata que, contrariamente a lo que puede imaginarse, son los diseños y las soluciones más simples y elementales las que garantizan las prestaciones de la embarcación prehistórica. Veamos a continuación dos aparentes obstáculos que, en este sentido, han pesado como una losa para que la navegación prehistórica no haya sido debidamente tenida en cuenta:

1-La ausencia de quilla en las embarcaciones más antiguas conocidas ha sido un argumento esgrimido por los más escépticos. Hasta el punto de vincular la falta de este elemento estabilizador con la navegación fluvial. Tal vez se olvidan de que entonces se carecían de cartas de navegación que localizaran las siempre peligrosas aguas poco profundas, o de que en ningún caso se podía contar con puertos donde poder atracar. Las embarcaciones prehistóricas, incluso las griegras mucho tiempo después, debían arrastrase a tierra principalmente por dos motivos fácilmente deducibles. El primero se deriva de las labores propias del mantenimiento del casco, incluso nuestros modernos yates han de someterse periódicamente a este tipo de operaciones a pesar del uso de materiales sintéticos.  El segundo pasa por la ausencia de puertos ya comentada, cabe imaginar que "atracar" en la costa no era otra cosa que "encallar" el navío en alguna playa...  También sabemos que ríos y ramblas habrían actuado al mismo tiempo como autopistas hacia las tierras de interior. En base a todo ello y por más que se comprometiera en cierta medida la estabilididad en alta mar, ¿qué loco se arriesgaría a incorporar una quilla?

2-El asunto de la orientación también ha sido una cuestión controvertida. Huelga recordar que las regiones de un mar u océano desde las que no se divisa ningún punto de referencia terrestre (continental o insular) son denominadas “desiertos visuales“, y se han erigido como uno de los principales argumentos para dudar de las capacidades náuticas de las comunidades prehistóricas. Ahora bien, la navegación de cabotaje (de la que seguirían haciendo gala los propios fenicios) soslaya cualquier problemática al respecto. Y una cosa más, además de tratarse de un mar de pequeñas dimensiones frente a otras masas de agua como el Atlántico, el Índico o el Pacífico, su propia disposición lo hace especialmente apto para la navegación de cabotaje: no sólo podemos definirlo como un “gran canal“ de agua en dirección este-oeste, además está salpicado de cabos, islas (algunas de dimensiones importantes) o de penínsulas tales como la del Peloponeso o la Itálica. Por otro lado, sólo el Estrecho de Gibraltar lo comunica con el Atlántico, estando casi completamente confinado: es por tanto un mar tranquilo.

La navegación ha sido clave para la interpretación de la archidebatida difusión del Neolítico o de la Cerámica Impresa desde Oriente. En la Península Ibérica las primeras evidencias neolíticas y cardiales se fechan a mediados del VI Milenio a.C. en la región de Alicante, no precisamente en territorios más septentrionales como cabría esperar si la nueva influencia tecnológico-cultural se hubiera limitado a la vía terrestre. ¿Acaso no hemos menospreciado la navegación de nuestros antepasados? ¿Qué supondría asumir, con todas sus consecuencias, esta pronta interconexión transmediterránea?

Pinturas del abrigo de Laja Alta, con la representación de un barco, Cádiz. Foto: Wikipedia
También debiéramos desechar definitivamente la idea de que sólo bajo el contexto de una sociedad culturalmente avanzada es factible (o efectiva) la navegación de largo recorrido. Ahora bien, es razonable afirmar que en éstas, ya sea por la actividad comercial o la búsqueda de mercancías, el impulso marítimo tendrá especial relevancia. Claro que para ello no es necesario siquiera esperar hasta la Edad de los Metales -allá por el 3.500 a.C. en el Próximo Oriente-. Sin ir más lejos, mucho antes, el comercio de la obsidiana se habría extendido desde el Mediterráneo central tanto hacia un lado como al otro. Se han encontrado muestras procedentes de la isla de Melos (Cícladas)  fechadas en el XIII Milenio a.C. en el Peloponeso. Al otro lado, en la cuenca occidental, la obsidiana de Cerdeña circulará hasta alcanzar las actuales costas catalanas entre el V y IV Milenio a.C.

Por supuesto, con semejantes antecedentes prehistóricos, es absurdo esperar al advenimiento fenicio para imaginar navíos surcando el horizonte. Desde la Cultura Cicládica, los propios pueblos megalíticos acostumbrados a enfrentarse al Atlántico, pasando por sumerios, egipcios, cretenses, argáricos, micénicos, etc. encontramos una panoplia amplísima de gentes que indudablemente tuvieron la capacidad y la voluntad de echarse a la mar (o de entablar contacto con marineros de ultramar). 

Surge un nuevo prisma a través del cual mirar nuestro pasado. Incluso mitos como la Epopeya de Gilgamesh, el referente a Tartessos o la mismísima Atlántida platónica dejarían de ser ensoñaciones fantásticas de dudosa credibilidad. Sin obviar la parte de la licencia literaria de la que toda buena leyenda ha de estar dotada, se vislumbra así una contextualización histórica elocuente.

Bibliografía
Prehistoria de la navegación: origen y desarrollo de la arquitectura naval primigenia. Víctor M. Guerrero Ayuso, 2009. 
La navegación pre-astronómica en la Antigüedad: utilización de pájaros en la navegación náutica. J.M. Luzón Nogué y L.M. Coín Cuenca, 1986.
La cepa mediterránea: del Mediterráneo al Pacífico, del neolítico a la globalización. Fernando Bellver Amare, 1999. 
Relaciones mediterráneas de la cultura de El Argar. Hermanfrid Schubart, 1975.

Autor
Mario Mas Fenollar



Entrevista con Jesse Millek: "los Pueblos del Mar parecen ser más pacíficos de lo que imaginábamos"

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Prisioneros filisteos en el relieve de los Pueblos del Mar del templo de Medinet Habu. Foto: http://www.hist-chron.com
Las razones del colapso de las culturas del Mediterráneo Oriental en el Bronce Final son todavía objeto de enconadas discusiones en el ámbito académico. La irrupción de los Pueblos del Mar, cambios climáticos o desastres naturales se han esgrimido para explicar esta enorme crisis que convulsionó parte del mundo conocido. Recientemente han salido a la luz las primeras conclusiones de un estudio de Jesse Millek, de la Universidad de Tübingen, que ha planteado un nuevo escenario para el estudio de este interesante período. Mediterráneo Antiguo ha querido hablar con él para conocer de primera mano sus renovadores planteamientos.

Pregunta - ¿Podría hacernos un breve resumen de su estudio "Sea Peoples, Philistines, and the Destruction of Cities: A Critical Examination of Destruction Layers “Caused” by the “Sea Peoples”?
Respuesta - Uno de los aspectos más mencionados del colapso del Final de la Edad del Bronce es la aparición de capas de destrucción en la mayoría de los yacimientos arqueológicos del Mediterráneo Oriental. Esta destrucción es habitualmente descrita como confrontaciones violentas que se saldaron con el colapso de ciudades florecientes a manos de una fuerza invasora. Sin embargo, aunque estas capas de destrucción han jugado un papel predominante en nuestra comprensión del colapso del Bronce Final, sabemos muy poco sobre su formación. El objetivo de este estudio era examinar 16 yacimientos del Levante Sur para ver si era posible determinar la causa y el grado de estas destrucciones. Los resultados fueron que varias de estas capas de destrucción no existen, como es el caso de Tel Batash o Tel Dor. Algunas presentan restos de destrucción parcial y, después de la destrucción, hay una continuación de elementos relacionados con la cultura material local, antes de la intrusión pacífica de elementos culturales de los Pueblos del Mar, tal y como aparece en Tel Miqne/Ekron. Además, otros hallazgos se explican mejor como causados por un fuego natural o accidental, como en el nivel II del área S de Lachish, donde una estructura doméstica fue destruida por un fuego originado en la cocina. Entonces, no hay una evidencia consistente para decir que los Pueblos del Mar destruyeron ninguno de los 16 yacimientos estudiados en el Levante Sur. Esto podría significar que no parece que podamos explicar el colapso de la región o de la hegemonía egipcia por la llegada de los Pueblos del Mar, que parecen ser más pacíficos de lo que imaginábamos previamente.

Yacimiento arqueológico de Tel Miqne/Ekron. Foto: http://www.drbill.net
Pregunta - Usted ha estudiado el descenso de las relaciones comerciales a través del análisis de varios yacimientos arqueológicos del Levante. ¿Cómo afrontó el estudio de esta cuestión?
Respuesta - Este estudio está todavía en marcha, pues estoy trabajando aún en mi tesis. Aunque el enfoque que estoy tomando es examinar materiales no locales (por ejemplo, materiales que no se fabricaron en la zona) encontrados en el Levante entre el Bronce Final y la Primera Edad del Hierro para determinar el cambio en los modelos de comercio a lo largo de este tiempo. El otro foco es examinar cómo el propio comercio fue usado como un recurso cultural, pues los recursos son el tema de mi instituto de investigación, el SFB 1070 de Recursos Culturales

Pregunta - ¿Qué yacimientos arqueológicos ha elegido y por qué?
Respuesta - No puedo dar un listado específico de sitios en el Levante, pues estoy tratando de analizar materiales no locales de cualquier sitio arqueológico de la zona en el Bronce Final y en la Primera Edad del Hierro o, al menos, tantos como tenga tiempo de estudiar. La razón para ello es que centrarme solamente en algunos de los grandes sitios arqueológicos, como Hazor, Meggido, Beth Shean y semejantes, solo tendría una panorámica limitada de lo que ocurrió en la región. Entonces, este intento de examinar tantos sitios como sea posible dará, espero, una visión de cómo fue ocurriendo el comercio interregional, dónde fue importante y dónde no fue importante, y dónde podría haber sido utilizado como recurso. 

Pregunta - En su opinión, la crisis del Bronce Final se debió a un grupo de razones complejas en lugar de la invasión violenta de los Pueblos del Mar, ¿cuáles fueron esas razones?
Respuesta - Es una pregunta difícil de responder porque pienso que ha sido muy amplia en el pasado. No hay ni una sola respuesta sobre las causas de la crisis del Bronce Final en el Mediterráneo ni un conjunto de causas para este área tan grande. Cada región, desde el Egeo a Anatolia, Chipre, Siria y el Levante Sur tenían todas culturas diferentes, situaciones políticas diferentes e historias diferentes. Entonces, el clima pudo jugar un papel importante en muchas de estas regiones, pero no en todas. Lo mismo puede decirse del deterioro del poder político o de ataques militares, que también pudieron ser diferentes en cada región. Cada cultura pudo responder de manera diferente a estas situaciones. Esto es por lo que estoy centrándome en los cambios en el comercio interregional y en los casos de destrución en el Levante Sur, pues debemos examinar la cuestión de la crisis en detalle en cada región. Una vez que haya terminado, deseo ser capaz de ofrecer una mejor imagen de la crisis del Levante Sur para intentar determinar qué causas intervinieron en su generación.

Toro chipriota procedente del yacimiento de Tel Batash. Foto: http://www.tandyinstitute.org
Pregunta - Y en este contexto que nos describe ¿a qué papel quedan relegados los Pueblos del Mar?
Respuesta - No puedo hablar del Mediterráneo Oriental en general, pero para el Levante Sur, creo que los Pueblos del Mar tomaron ventaja de una mala situación. Sin embargo, esto no significa que llegaran como una turba en guerra destruyendo ciudades y pueblos cananeos, sino que rehabitaron sitios abandonados, como Tel Batash, o se entremezclaron con los pueblos locales, como en Tel Miqne/Ekrón.

Pregunta -  ¿Cuáles serán las siguientes etapas de su investigación?
Respuesta - En las siguientes etapas continuaré con la construcción de una base de datos de materiales no locales del Levante Sur y finalizaré el examen de los restos de destrucción en la región desde el Bronce Final. Una vez que termine, trabajaré con todo el material en bruto para examinar cómo cambió el comercio interregional entre el Bronce Final y el inicio de la Edad del Hierro y como esto afectó a las gentes del Levante. También espero examinar en el futuro otros restos de destrucción de finales del Bronce Final en otras zonas alejadas de mi foco de estudio. 

Pregunta - Recientemente hablamos con Eric Cline, quién nos explicaba que la crisis del Bronce Final podría tener paralelos con la situación que vivimos en la actualidad. ¿Está usted de acuerdo?
Respuesta - Tendría que decir que no estoy completamente de acuerdo por el hecho de que conocemos mucho más sobre el conflicto y los problemas actuales que sobre el pasado. Para la situación actual tenemos testigos de primera mano, podemos ver lo que está pasando, podemos valorar las condiciones o notar si hay terremotos, por ejemplo. Aún con toda esta información es difícil saber exactamente lo que está pasando o las razones por las que pasa. Con el final del Bronce Final, todavía hay muchas preguntas para las que no tenemos respuesta, y nos quedan muchas áreas en las que simplemente no sabemos lo que pasó y por qué. Es por esto que el fenómeno Pueblos del Mar sigue siendo un área de controversia porque incluso después de muchas décadas de intensa investigación, no podemos decir definitivamente de dónde vinieron, por qué o quiénes eran. Por lo tanto, es difícil, en mi opinión, hacer paralelismos entre el pasado y el presente porque tenemos muchas lagunas en la historia.

Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Louise Hitchcock: "debemos retomar la idea de la Talasocracia Cretense"

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La transición de la Edad del Bronce a la Edad del Hierro en el Mediterráneo Oriental es uno de los aspectos más apasionantes de los albores de nuestra civilización. El tipo de relaciones que se establecieron entre los pobladores de estas áreas geográficas, las razones del colapso de los grandes centros de poder y la transición hacia una nueva era generan todavía importantes interrogantes que el mundo académico se esfuerza por responder. La semana pasada hablábamos con Jesse Millek, que ha estudiado este proceso en el Levante. En esta ocasión acudimos a Louise Hitchcock, profesora asociada de la Universidad de Melbourne, que cuenta con una dilatada experiencia arqueológica en este terreno.

Cerámica cretense. Museo Arqueológico de Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva

Pregunta - Usted acaba de publicar un artículo en la Biblical Archaeology Society en el que defiende la influencia de las gentes del Egeo, especialmente en la Edad del Bronce, en los pueblos bíblicos. ¿Estamos hablando de una influencia unidireccional o bidireccional?
Respuesta - La influencia fue absolutamente bidireccional. El artículo publicado en BAR tenía un límite de 800 palabras y estaba dirigido a una audiencia especializada en la Biblia. Cyprian Broodbank ha propuesto que los minoicos obtuvieron del este la tecnología del casco profundo con mástil para sus buques, reduciendo así el espacio marítimo y llevándoles más lejos de la esfera de influencia del Oriente Próximo. Nosotros sabemos que los minoicos fueron importando iconografía, materiales brutos, nuevas tecnologías como la técnica de granulación -usada en los famosos colgantes de abeja de Mallia- y materiales exóticos en bruto como oro, cobre, estaño y marfil. Se encontró marfil sin trabajar en el palacio minoico de Kato Zakro y un taller dedicado a este mismo material en el exterior del palacio en Micenas. Símbolos iconográficos como el grifo y los genios, fueron importados de Mesopotamia y Egipto, respectivamente. Las convenciones de género de uso del rojo para el hombre y el blanco para la mujer fueron traídas de Egipto, y se ha argumentado que el codo egipcio fue utilizado en la arquitectura minoica. Estos hechos han sido tratados en detalle, yo recomendaría la lectura del libro de Janice Crowley"The Aegean and the East: An investigation into the Transference of Artistic Motifs between the Aegean, Egypt and the Near East in the Bronze Age" (1989) y "Sailing the Wine-Dark Sea: International Trade and the Late Bronze Age Aegean", de Eric Cline (1994). Los textos del Lineal B también nos hablan de la dificultad de encontrar especias tales como el cilantro y el sésamo. 

Pregunta - ¿Cuáles eran las principales influencias que podemos destacar en estas relaciones?
Respuesta - Podemos ponerlas en la categoría de intercambio comercial/regalos de materiales en bruto, productos manufacturados y ejecución de arte. 

Vaso de los guerreros. Micenas. Museo Arqueológico de Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva. 

Pregunta - ¿Está usted de acuerdo con la controvertida teoría de la Talasocracia Cretense?
Respuesta - Pienso que hace unos años, los académicos especializados en el Egeo eran reacios a hablar de la cuestión de la talasocracia, porque veían en ella una idea que Tucídides promovió para legitimar la talasocracia ateniense en el el siglo V a.C. Curiosamente, en la última Conferencia Internacional sobre el Egeo celebrada en Viena, Malcolm Wiener sugirió que deberíamos retomar esa idea y estoy de acuerdo. Pienso que, en el momento en el que se celebró la conferencia, sabíamos mucho más sobre rutas marineras y de comercio que antes. Además, sabemos que cuando se produjo el colapso micénico, las redes comerciales también cayeron, y las costas de Creta quedaron desoladas, provocando un movimiento de la población hacia las partes más altas y seguras. Si miramos a la era de los palacios y villas minoicos, podemos ver que muchos de ellos ocupaban posiciones estratégicas al lado de valles de ríos y cerca de la línea costera. Ellos podrían haber constituido una presencia que creara una sensación de seguridad por un tiempo. Entonces, pienso que necesitamos revisar esta idea, considerando la relación de los palacios y villas minoicas con el paisaje.

Pregunta - ¿Cuáles han sido los sitios arqueológicos y materiales que ha investigado?
Respuesta - He trabajado en yacimientos americanos nativos en California, en el yacimiento mesopotámico de Terqa (Tell Ashara) y en el sitio hurrita de Urkesh, en Siria. También en el yacimiento ptolemáico de Medinet Watfa, en el Fayum; en Corinto, en el LM IIIC de Kavousi, Creta; tres temporadas en el palacio minoico de Petras, en el este de Creta; una temporada en el yacimiento del palacio minoico de Monastiraki, al oeste de Creta; en la cantera de Vapheio Palaiopyrgi, en Laconia. Invertí un año en estudiar la arquitectura del Bronce Final en Chipre y he excavado desde 2007 en el yacimiento filisteo de Tell es Safi/Gath. Entre los materiales que he investigado están elementos arquitectónicos e instalaciones, figuras de bronce, marfiles y depósitos de basura. 

Vista aérea de Tell es-Safi/Gath. Foto: https://faculty.biu.ac.il
Pregunta - ¿Qué tipo de evidencias tenemos para probar estas relaciones, especialmente con los filisteos?
Respuesta - Con la destrucción de los grandes centros del Bronce Final (Micenas, Hattusa, Chipre, Troya, etc.) se ha argumentado que el comercio terminó. Pero yo pienso que se puede argumentar que se redujo a una pequeña escala, incluso el mercado local continuó existiendo. Por ejemplo, objetos como sellos de loza, espinas de pescado en pequeñas cantidades, y metales encontrados en Tell es-Safi/Gath indican que se mantuvo algún tipo de comercio, incluso aunque los filisteos fueron produciendo su propia cerámica de estilo micénico. La cuestión del comercio en los inicios de la Edad del Hierro merece una investigación más detenida. 

Pregunta - ¿Cuáles serán las siguientes etapas de su investigación?
Respuesta - Me gustaría finalizar publicando la estratigrafía de Tell es-Safi/Gath después de emprender algunas excavaciones limitadas a clarificar problemas en la arquitectura y estratigrafía. Me gustaría también escribir más sobre basura y rituales así como también sobre salas columnadas en Filistea y el Egeo. Tengo también un par de artículos más en mi mente. Me gustaría emprender una prospección de la región de Vapheio-Palaiopyrgi, una de las más extensas zonas habitadas sin excavar de la Grecia continental. Finalmente, me gustaría completar un estudio de la arquitectura monumental del siglo XIII a.C. en Chipre y sus conexiones con el Egeo.

Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Pablo Aparicio Resco: "las mujeres de la Antigua Grecia usaban el velo de forma muy similar a como hoy se hace en países árabes"

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Portada de "Entre aidós y peitho. La iconografía del gesto del velo en la Antigua Grecia"
El uso del velo, que todavía se practica en muchas partes del planeta, es una costumbre que se enraíza en nuestro pasado más remoto. Los valores asociados a cada época son diferentes, pero hay una constante a lo largo de la historia que ha sido estudiada por Pablo Aparicio Resco, arqueólogo e historiador del arte, creador de PAR -Tecnologías de Representación Gráfica del Patrimonio, en su libro "Entre aidós y peithos. La iconografía del gestor del velo en la Antigua Grecia", editado por JAS Arqueología. Hemos querido profundizar un poco más sobre esta cuestión de la mano del autor de esta interesante obra. 

Pregunta - ¿Cómo surge la idea de estudiar el gesto del velo en la escultura griega?
Respuesta - El estudio de los detalles en una obra de arte, la tarea detectivesca de reflexionar por qué ciertos motivos se representan de una forma y no de otra, constituye una de las facetas más apasionantes de la Historia del Arte y tiene mucho que ver también con la práctica arqueológica. Mi formación como historiador del arte y como arqueólogo me llevó a observar con cuidado el gesto del velo en las pinturas pompeyanas durante el otoño del 2009 y fue allí donde nació la idea para esta investigación.

Pregunta - ¿En qué materiales te has basado para el estudio?
Respuesta - El estudio de un motivo iconográfico como el gesto del velo conlleva analizar con cuidado cientos de imágenes en las que éste aparece: durante años fotografié en los museos todas las obras de arte que contenían este gesto pero también lo rastreé a lo largo de la literatura especializada y en catálogos como el LIMC (Lexicon Iconographicum Mythologiae Classicae). Además, para estudiar con rigor las imágenes repasé también los textos clásicos y otros ensayos históricos e histórico-artísticos relacionados. Mención especial debo hacer al libro Aphtodite’s Tortoise, del profesor Dr. Lloyd Llewellyn-Jones, que tanto me ayudó a entender el uso del velo en la Antigua Grecia.

Mujeres con velo en una estela funeraria del Cerámico. Museo del Cerámico, Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva

Pregunta - El velo o calyptra lo llevaban prácticamente todas las mujeres, siempre que no vistieran manto ¿estaba asociado su uso a cierto tipo de eventos o era común que las mujeres fueran cubiertas por velo?
Respuesta - Debemos imaginar que las mujeres de la Antigua Grecia usaban el velo de forma muy similar a como hoy se hace en países árabes como Egipto –salvando, claro está, muchas distancias-. Esta prenda constituía una suerte de extensión del oikós, de la casa, y por lo tanto las mujeres debían llevarla cubriendo su cabeza siempre que salieran a un espacio público. El velo conformaba una protección, una muralla, para defender el pudor y respetabilidad de la mujer, sobre todo de la mujer casada, y por lo tanto era fundamental su uso para proteger el cuerpo y cabello de la mujer de miradas ajenas a las de la familia más cercana. El gesto del velo cobraba una especial importancia en ciertas celebraciones, en especial en los ritos de paso, como el matrimonio o el funeral y constituía una herramienta simbólica más de expresión de la mujer.

Pregunta - El libro lleva el sugerente título Entre aidós y peitho, es decir, entre la vergüenza/modestia y la seducción ¿qué predomina más en la iconografía que has estudiado?
Respuesta - Efectivamente, el título del libro nos habla de un juego de antónimos que camina entre lo apolíneo y lo dionisíaco en términos nietzcheanos, entre el pudor y el erotismo, entre lo políticamente correcto y lo simbólicamente condenable, entre cubrirse celosamente con el velo y descubrirse con sensualidad el rostro. En este sentido, no se puede decir que predomine más aidós o peitho en la iconografía del gesto del velo: cada uno aparece relacionado con unos contextos diferentes de la sociedad griega. Lo que sí se puede ver es que si mientas que durante los primeros siglos de la historia del arte griego encontramos una predominancia del gesto de aidós, desde finales del s. V a.C. comienza a extenderse con fuerza el gesto de peitho y será el que dominará hasta época romana. Esto se debe, entre otras cosas, a la progresiva erotización que experimenta el arte griego a lo largo de su historia. 

Estela funeraria del Museo Arqueológico de Atenas. Foto: Mario Agudo Villanueva

Pregunta - Al estudiar costumbres -y otros muchos aspectos- de la Antigüedad, ¿no corre uno el riesgo de aplicar modelos contemporáneos al estudio del pasado?
Respuesta - Es indudable que al estudiar cualquier faceta de nuestro pasado nos vemos tentados a hacerlo desde el presente y que inconscientemente comparamos nuestro objeto de estudio con aquello que conocemos. Esto no nos tiene que impedir, sin embargo, realizar ejercicios de abstracción para intentar estudiar el pasado desde la óptica del pasado (o de los pasados). Es por ello fundamental leer mucho sobre aquella época que se está investigando (no sólo ensayos o fuentes secundarias sino también literatura de la época o fuentes primarias). Creo que, pese a todo, realizar comparaciones entre unas sociedades y otras, sean de la época que sean, es pertinente porque nos ayuda a entender mejor que en todas ellas existe algo central, el ser humano, y que muchas formas de entender nuestro mundo no entienden de fronteras temporales ni espaciales. Un capítulo completo del libro se enfoca, en este sentido, a la comparación entre el uso del velo en muchas sociedades de la actualidad y su uso en la Antigua Grecia. Creo que esto ayuda a recordarnos que detrás de las obras de arte, detrás de los objetos arqueológicos y de los motivos iconográficos, están las personas.

Autor
Mario Agudo Villanueva

Article - Fresh Insights into the Mystery of the Amphipolis Tomb

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The dearth of official press releases in recent months might have made it seem to some that the excitement concerning the Amphipolis tomb has died a death and that there is nothing more left to know. It is the purpose of this article to show that this seeming quietude is illusory. In recent weeks it has been reported that the archaeological team intends to present its results in detail at a seminar towards the autumn. However, there is no need to wait quite so long for fresh insights into the mystery. For I have ransacked reports of investigations of the Kasta mound conducted in the last century and rifled through records of parts of the monument found scattered across the Serres region of Northern Greece in order to tunnel deeper into the heart of the hill than ever the archaeologists went. This delving tends to confirm a connection between the Amphipolis tomb and the immediate family of Alexander the Great, on the basis of the dating of the monument and even on account of its orientation.

A good place to begin our inquest is the vexed question of the date of the monument, because it transpires that an archaeological paper published as long as forty-three years ago incorporated a significant argument regarding the era of the mound’s construction. This was entitled “Architectural Blocks from the Strymon” by Stella Grobel Miller and Stephen G. Miller published in the journal Archaiologikon Deltion, Vol 27, Part A, pp. 140-69, 1972. It describes a detailed investigation of several caches of Hellenistic blocks of masonry (e.g. Figure 1) deposited on the banks of the River Strymon. The authors performed their analyses in the Autumn of 1970 in the course of relocating the blocks to rest beside the Lion Monument pending a more extensive reconstruction of its base. They are still there at the time of writing. 

It is now quite certain that a large proportion of these blocks, belonging to the group which the Millers called the “drafted margin” type, had been abstracted at some point in the past from the circular peribolos enclosure wall of the Amphipolis tomb mound. Despite that the Millers recognised that the blocks were associated in some way with the Lion Monument, they did not realise that they came from the Kasta mound. Although a section of the Kasta peribolos had been excavated in 1965, it seems to have been a section from which the architectural facing blocks were missing and (ref. Amphipolis by Dimitrios Lazaridis, Athens 1997, p. 61).

Figure 1. Blocks from the Amphipolis tomb peribolos wall found in 1970 on the banks of the River Strymon by the Millers

Nevertheless, the Millers were able accurately to reconstruction the wall from which the blocks they found beside the Strymon had been taken (Figure 2) and they especially noticed that there were no corner blocks for this wall among the 413 “drafted margin” blocks of which they were aware (p.147). The wall as reconstructed by the Millers is quite evidently an exact match for the peribolos of the Amphipolis tomb as excavated in its intact sections more recently (Figure 3).

Figure 2. Reconstruction of the wall formed by the “drafted margin” series blocks published by the Millers in 1972 before intact sections of the actual wall were discovered.


Figure 3. Intact section of the peribolos wall of the Amphipolis tomb
However, the most pertinent and interesting aspect of the Millers’ paper is their attempt to date the monument from which the “drafted margin” series of blocks had originated (p.148). They concluded that the general style is Hellenistic but that only one architectural detail of the blocks is useful for dating the monument more accurately within the Hellenistic era. This is the profile of the moulding in the overhang of the crowning blocks from the wall, which is technically known as the geison soffit moulding. The Millers illustrated the profile that they found on the blocks from the Amphipolis tomb in their paper and I have echoed it in the left-hand diagram of Figure 4. The Millers dated this profile with reference to a magisterial work entitled “Profiles of Greek Mouldings” by Lucy Shoe, which was published in two large volumes in 1936. It classifies soffit mouldings according to a couple of ratios of their dimensions and on this basis the Millers noted that the examples from the Amphpolis tomb fitted into groups from either the 2nd century BC or from the 4th century BC.

Inspired by the Millers’ approach, I have returned to Lucy Shoe’s tome and discovered that it is more rewarding to compare the Amphipolis tomb moulding profile directly with the 170 examples of soffit mouldings dating to between the 5th and 2nd centuries BC that Shoe has individually recorded. On this basis, there are no complete matches between the Amphipolis tomb profile and any moulding recorded by Shoe from the 2nd or 3rd centuries BC, but there are at least half a dozen close matches from the 4th century BC and those matches which Shoe most precisely dates are from the second half of the 4th century BC. I have given a few of the best matches in Figure 4. This dating argument is likely to be independent of the evidence from the recent archaeological investigations of the Amphipolis tomb, which are stated to have yielded a date in the last quarter of the 4th century BC. However, they completely vindicate and support the date provided by the archaeologists.   

Figure 4. The geison soffit moulding profile from the crowning blocks of the Amphipolis tomb wall matches other examples from the late 4th century BC. 

Another independent strand of dating evidence emerges from an analysis of the mosaic from the second chamber of the tomb, which appears to be one of the greatest surviving examples of the pebble technique. Its dating significance follows from the fact that the pebble technique was progressively superseded by the more familiar and technically superior tessara technique during the third century BC. The technical superiority of tesserae comes from their ability to minimise and almost eliminate mortar gaps between the stones. This is especially important, if the artist is so ambitious as to attempt to lend three-dimensionality to the composition by the graduated rendering of light and shade. The Amphipolis artist joins a very select group of pebble mosaicists in pursuing this ambition (see Figure 5). Most of the parallel examples that attempt three-dimensionality are found in the late 4th century BC mosaics from the palace at Pella in Macedonia, so the strongest archaeological association of the Amphipolis mosaic is with the late 4th century BC.

The success of the Macedonian pebble mosaicists in achieving three-dimensional effects was constrained by the limited contrast that they could achieve, due to the background tinting of the work by the mortar gaps. However, from at least the first half of the third century BC, mosaicists at Alexandria were solving the mortar gap problem by using precisely shaped tesserae, initially mixed with pebbled areas, but soon without any pebbles at all. This approach quickly spread throughout the entire Mediterranean area, so that by the end of the third century BC, the tessara technique was pre-eminent everywhere and especially so for the most sophisticated compositions. There are lingering examples of pebble mosaics into the early second century BC, but they are found in peripheral locations or else they do not attempt sophisticated 3D effects. The sophisticated 3D mosaic in the Amphipolis tomb is therefore very unlikely to have been created after the end of the 3rd century BC and even a date after the middle of that century is significantly unlikely (see Katherine Dunbabin, Mosaics of the Greek and Roman World, for a detailed discussion).

Therefore, in summary, the main parallels for the Amphipolis pebble mosaic date to the late 4th century BC. Due to the subsequent, rapid replacement of the pebble technique with the use of tesserae, it cannot be later than 200BC and it is rather unlikely that it was created after 250BC.

Figure 5. Shading is used to achieve three-dimensionality for the Hermes figure in the Amphipolis mosaic, but the mortar between the pebbles tends to wash out the contrast in the shading. 

The dating evidence on the pebble mosaic floor of the second chamber is supplemented by the fact that the floor of the first chamber of the Amphipolis Tomb matches a floor of white marble fragments embedded in red mortar found in the late 4th century BC palace at Aegae/Vergina (Figure 6).

Figure 6. Floor of the first chamber of the Amphipolis Tomb compared with the floor of white marble fragments in red mortar found in the late 4th century BC palace at Aegae (Vergina)

It can also now be reported that the Amphipolis Tomb is not the only early Hellenistic tomb in Macedonia to have had the design of a circular peribolos wall penetrated by a tomb chamber from one edge. A very similar tomb structure has been excavated close to Pella just south of a village called Archontiko. This is the so-called “Heroon” (Hero Monument) situated 4.5km NW of Pella (ref. New Tombs from the Countryside around Pella by Paulos Chrysostomou, published in Archaeological Work in Macedonia and Thrace, Vol 1, 1987, pp. 147-159).

The plan of this tomb (Figure 7) and views of its tomb chamber entrance (Figure 8) and its circular peribolos wall (Figures 9 & 10) are strikingly similar to their familiar equivalents in the case of the Amphipolis tomb. Furthermore, one block had the smaller, rimless type of Macedonian shield sculpted onto it (Figure 11), echoing the shields carved onto the blocks from the Lion Monument of the Amphipolis tomb. In both cases the shields are lifesize, the example from the Heroon having a diameter of 62cm.

However, the most intriguing connection between the two monuments relates to their relative scales. Writing in 1987, Chrysostomou specified that the circumference of the Archontikon Heroon is 158.5m, whilst the archaeologists gave a diameter of 158.4m for the Amphipolis Tomb in 2014. In other words, the scale of the Archontikon Heroon is a factor of almost exactly pi times smaller than the scale of the Amphipolis tomb. This surely suggests that one of these monuments was inspired by the other, but which by which?

I would suggest that it is more likely that the Archontikon Heroon was inspired by the Amphipolis Tomb for the following reasons:

1)The Archontikon Heroon was only partly finished and its tomb chamber seems never to have been used: it is difficult to imagine that a part-finished monument could have inspired a much grander and more complete version and surely the extraordinary ambition of the Amphipolis tomb architect is more likely to have incorporated the original innovations?
2)The Amphipolis Tomb had a diameter equal to the stade used by Alexander’s bematists, so the Amphipolis Tomb probably came first, since it is more natural that the diameter was the key dimension rather than the circumference. Afterwards we can imagine that some imitator, who was unable to fund a full scale version, conceived the idea of still keeping the perimeter of the Archontikon Heroon at the length of a stade.
3)A contemporaneous parallel case would be the Mausoleum at Halicarnassus, which inspired tens of copies right the way around the Mediterranean in the several centuries following its erection, but virtually all the imitations were smaller and less magnificent than their archetype.

It may be added that the Archontikon Heroon has been approximately dated to the reign of Antigonus Gonatus (276-239BC) mainly on the basis of ceramics/potsherds. Insofar as the Archontikon Heroon appears to have imitated the Amphipolis Tomb, then this provides additional evidence that the Amphipolis Tomb is older than the middle of the third century BC.

Figure 7. Archaeological plan of the Heroon tomb at Archontiko – its circumference is 158.5m, almost exactly equal to the diameter of the Amphipolis Tomb


Figure 8. Tomb chamber entrance of the Archontikon tomb – note the block with a sculpted shield on the left-hand side of the entrance.
Figure 9. View of the western side of the Heroon (1)
Figure 10. View of the western side of the Heroon (2)

Figure 11. Sculpted block from the Archontikon Heroon depicting the smaller rimless type of Macedonian shield (a pelte)
Official plans of the Amphipolis Tomb have yet to be released at the time of writing, but there is sufficient information in the public sphere as to draw up a plan showing the orientation of the tomb chambers with respect to the overall monument as shown in Figure 12. The axis of the tomb chambers does not lie precisely on a radius through the centre of the mound, but it is not far off. The entrance to the tomb chambers surmounted by the sphinxes therefore faces in a direction approximately 26o west of due south. It is interesting to consider what the tomb might have been designed to face? The larger scale plan of its vicinity shown in Figure 13 makes the answer immediately plain: the tomb entrance was oriented to face the acropolis or citadel of the nearby town of Amphipolis. Furthermore, both the tomb and the citadel were constructed on ridges with no higher land in between, so the citadel and the tomb entrance were in line of sight of one another.

The implication is that there was some connection between the principal occupant of the Amphipolis Tomb and the citadel of nearby Amphipolis. Of course, the exact nature of such a connection is necessarily a matter of speculation. However, it is interesting to note that were the occupant to have been Olympias, the mother of Alexander, her daughter-in-law and her grandson, the boy-king Alexander IV, were held in the citadel of Amphipolis between 316-310BC, the period during which her tomb would have been constructed following her death in 316BC.


Figure 12. The orientation and scale of the newly excavated Amphipolis Tomb chambers with respect to the encircling peribolos wall of the Kasta Mound.


Figure 13. The orientation of the Amphipolis Tomb entrance in the context of its surroundings: the tomb faces the Acropolis of the nearby city of Amphipolis.

To all this new evidence may be added the fact that Oscar Broneer in his book on The Lion Monument at Amphipolis (Harvard, 1941) clearly dated its construction to the last quarter of the 4th century BC. Broneer and his colleague Jacques Roger reconstructed the Lion Monument on the basis of the blocks from its base that were discovered in and near the River Strymon in association with the fragments of the lion itself (Le Monument Au Lion D'Amphipolis, par J. Roger, Bulletin de Correspondances Helleniques, LXIII, 1938 [1939]) and they reconstructed its base to have stood 10m square. Broneer and Roger, working in the 1930s, had no idea that the Lion Monument fragments had originally been taken from the Kasta Mound (seemingly by the Romans). However, excavations on the top of the Kasta Mound in 1973 revealed foundations still standing up to 3.4m high of a massive stone building which measured 10.15m on its north side. Furthermore, in the context of the latest excavation of the Kasta Mound the archaeologists stated last year that they believed that they had found a lost fragment of the lion in front of the entrance to the newly excavated tomb chambers. Finally, when the bulk of the lion fragments were rediscovered in the second decade of the 20th century, they were found together with blocks of the “drafted margin” series, which (as we have seen above) had certainly been removed from the peribolos wall of the Kasta Mound. Therefore the case for the Lion Monument having stood on the foundations excavated on top of the Kasta Mound is very strong and this in turn further supports the dating of the entire Amphipolis Tomb to the last quarter of the 4th century BC.

It is virtually certain that the mosaic, the circular peribolos wall, the finalisation of the mound to fit the peribolos wall and the lion monument are all the result of works conducted at the same time under the same architectural direction, since there is complete architectural continuity between the mound, the peribolos and the tomb chambers. The only overlap between the date range when the mosaic could have been created and the date range for the construction of the peribolos and the sculpting of the lion is the last quarter of the 4th century BC. Furthermore, the as yet unpublished evidence announced by the Amphipolis tomb archaeologists establishing a dating in the last quarter of the 4th century BC seems to be independent of the extensive dating evidence described in this article. Consequently, the room for doubting a date for the construction of the Amphipolis Tomb in the last quarter of the 4th century BC is now very narrow on the available facts.

The focus of future attention should therefore be concentrated on the date of the bones found in the cist grave beneath the floor of the third chamber and the date of the sealing of the tomb chambers with sand and dry limestone walls. If the carbon dating of the bones and the dating evidence on the sealing of the tomb chambers can be shown to be early Hellenistic rather than late Hellenistic or Roman, then it will be likely that the bones are those of the original occupants of the Amphipolis Tomb and not later intrusions.

It has already been formally stated by the Greek Ministry of Culture that the bones of a woman aged 60+ at death were concentrated in the bottom 90cm of the cist grave in and around the actual grave slot. This would make her the principal occupant, if the bones were from the original burials. In that case Alexander’s mother, Olympias, is the only woman deceased at 60+ in the last quarter of the 4th century BC who could possibly have merited a tomb of such size and grandeur. Therefore the crucial questions in the forthcoming months will be:

a)What is the carbon date derived from the bones?
b)What is the latest date of any datable evidence found within the sealing wall that stood in front of the sphinxes?

The answer to the mystery of whom the Amphipolis Tomb was built for currently hangs upon these questions.

Author
Andrew Chugg, author of The Quest for the Tomb of Alexander the Great and several academic papers on Alexander’s tomb (see https://independent.academia.edu/AndrewChugg and www.alexanderstomb.com)

Entrevista con Carlos García Gual y David Hernández de la Fuente: "el mito de Orfeo ha devenido un símbolo único en la tradición literaria universal"

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Fragmento del mosaico de Orfeo. Siglo II-III d.C. Museo de Zaragoza. Foto: Wikimedia Commons
Fondo de Cultura Económica de España ha publicado este año El mito de Orfeo. Estudio y tradición poética, una obra indispensable para entender la figura de este personaje mitológico, que traspasó las barreras de la antigüedad para alimentar con su ciclo vital un buen número de obras literarias y artísticas hasta la actualidad. Los autores son Carlos García Gual y David Hernández de la Fuente, con quien hemos querido charlar para profundizar un poco más en la trayectoria de este personaje. 

Pregunta - En la General Estoria de Alfonso X el Sabio se dice que Orfeo es un filósofo ¿estamos ante una imprecisión o ante algún tipo de tradición que realmente lo situaba como un personaje real?
David Hernández de la Fuente - En el caso que menciona se trata de una tradición medieval de alegorizar las figuras míticas de la Antigüedad grecorromana que seguía un modelo interpretación que ya practicaron los antiguos. Pensemos por ejemplo en el Ovidio moralizado que difundió una interpretación cristiana de los mitos griegos por el medievo o en la interpretación posterior a lo divino de los autos sacramentales de Calderón. En todo caso la idea de que Orfeo había sido un personaje histórico y no un héroe legendario se lleva también en la base de las creencias en la antigua secta órfica.

Orfeo en un mosaico romano. Museo Arqueológico de Palermo. Foto: Wikimedia Commons.
Pregunta - El vate tracio desciende a los infiernos para recuperar a su amada Eurídice, pero no es el único personaje mitológico que lo hace. ¿Qué es lo que, a su juicio, le ha granjeado esa fama eterna?
DHF - Es verdad que hay una ilustre nómina de héroes griegos que descienden al Hades, la famosa katábasis, para realizar diversas misiones entre las que se encuentran algunos célebres rescates por amistad o por heroísmo. El viaje al mundo de los muertos es un antiguo tópico de la literatura universal que se ve antes en el Poema de Gilgamesh. Sin embargo el mito de Orfeo ha devenido un símbolo único en la tradición literaria universal: creo que la extraordinaria dimensión del mito de Orfeo se explica por conjugar el misterio de la muerte, el poder del amor y los encantos de la música en una atractiva combinación que le ha dado fama inmortal a toda la secuencia mítica relacionada con Orfeo y su descenso al Hades.

Pregunta - El arma de Orfeo es la música, una música que es capaz de imponer calma y orden en la naturaleza ¿no se parece mucho este concepto de la música al de los pitagóricos?
DHF - En cuanto a la música es bien cierto que se parece mucho más a la de Apolo que a la de Dioniso. El poder omnímodo que tiene su canto al son de la lira (recordemos que conjuga música y poesía) no es en absoluto ajeno a las teorías de los pitagóricos sobre la armonía matemático-musical que rige el Universo (algún relieve antiguo representa a Orfeo, el mítico cantor, sentado junto a Pitágoras, inspirado renovador de la religión griega). Alguien ha señalado los parecidos entre la secta de los órficos y la escuela pitagórica en cuanto a la dimensión ética del más allá y al ritualismo, pero también sus diferencias notables sobre todo en cuanto al interés por la comunidad política.

Orfeo y Eurídice. Pedro Pablo Rubens. Museo del Prado. Foto: Museo del Prado
Pregunta - Orfeo domina la lira, un instrumento vinculado a Apolo, y es asesinado por las bacantes ¿cómo se resuelve esa tensión entre lo apolíneo y lo dionisíaco?
DHF - En efecto, Orfeo parece una figura mítica que se mueve entre el ámbito apolíneo y el dionisíaco en primer lugar: sobre todo por su filiación supuesta de Apolo y también por su cruel final a manos de las seguidoras de Dioniso. Es esta una ambivalencia muy característica de este chamán legendario de la mitología griega y que yo creo que se puede relacionar con un movimiento de renovación de la religión griega en torno al siglo VI antes de Cristo. 

Pregunta - Según algunas fuentes, Orfeo introdujo el culto a Dioniso en Grecia. Ambos personajes están relacionados con la naturaleza, uno la domina y seduce con su canto, el otro se asocia a ella por la fecundidad ¿qué explica el éxito de este tipo de cultos frente a la religión "oficial"?
DHF - Sí, esta era la opinión que ya transmitía Diódoro de Sicilia. Algunos estudiosos modernos hablan de los órficos y de los pitagóricos también como grupos religiosos que siguen una dinámica sectaria, derivada de la religión de los padres (sobre todo la apolínea), en vertientes más rigoristas o puritanas (es una manera de estudiarlo desde la sociología de la religión). Pero hay muchas otras propuestas interesantes para explicar esa tensión en Orfeo entre los dos hermanos divinos del panteón griego, que en realidad son dos caras de la misma moneda. Una de las más atractivas a mi modo de ver está relacionada con un matiz utópico del pensamiento religioso antiguo, presente tanto en el dionisismo como en el orfismo y el pitagorismo, que pronto tendría relevancia política y filosófica. También hay  que tener en cuenta que este tipo de cultos supone un desarrollo de la tensión continua que existe en el seno de la sociedad griega desde la época arcaica entre el individuo y el colectivo y que se ve en la propia esencia de la polis.

Arcosolio que representa a Orfeo en las catacumbas de los Santos Pedro y Marcelino, Roma. Foto: Wikimedia Commons

Pregunta - Orfeo es además un héroe que acompaña a los Argonautas en su periplo en busca del Vellocino de Oro¿cómo interpretar que en una aventura en la que participan los hombres de armas más destacados del mundo griego juegue un papel determinante un hombre armado con una lira?
Carlos García Gual– Orfeo es un héroe muy singular porque su arma no es un arma de guerra, ni la fuerza, sino el canto y la poesía. Es un gran poeta que tiene algo de mago. Acompaña a la tropa de los argonautas como el poeta cantor, que también existía a veces en los palacios, como se ve en la Odisea. Pero al mismo tiempo que es un poeta cantor, es un príncipe de Tracia hijo de una musa y un dios. 

Pregunta - Del mito de Orfeo se generó el orfismo ¿qué sabemos de esta religión mistérica y qué grado de importancia alcanzó en Grecia?
CGG– El orfismo es una especie de culto mistérico, una religión de misterios, sus adeptos eran una secta y predicaban una teoría religiosa bastante distinta de la religión tradicional griega. Se preocupaban del viaje al otro mundo, garantizaban una vida mejor después de la muerte y se relacionan y toman su nombre de este héroe mítico. Ahora, cómo se elaboraron las doctrinas del orfismo es algo muy distinto a lo que pudo ser la poesía mítica de Orfeo. Orfeo fue el gran profeta y vate de esa secta, que recibió también influencias de pitagóricos y otras corrientes religiosas griegas. 

Pregunta - En Lebadea se rindió culto al Oráculo de Trofonio, en el que los visitantes tenían que beber agua de las fuentes de Leteo -olvido- y Mnemósine -memoria-, para olvidar lo que conocían hasta el momento y abrirse a un nuevo conocimiento ¿no tiene este lugar algunos elementos relacionados con el orfismo?
CGG – Este rito, tal y como lo describes, es una copia muy clara de lo que se supone que tiene que pasar el alma en el otro mundo. Las tablillas órficas hablan de lo que el alma tiene que hacer al llegar al otro mundo, anunciar que pertenece a la secta órfica, que es inmortal, beber agua de una fuente y evitar el agua del olvido. Ese rito de Lebadea, que no sé de qué época es, es como un eco de esas creencias. 

Orfeo tañendo el arpa en medio de la naturaleza. Siglo IV. Museo Bizantino de Atenas. Foto: Wikimedia Commons

Pregunta - ¿Qué significado tiene para los órficos la katábasis de Orfeo y qué buscan, por ejemplo, a diferencia de otros cultos como los misterios de Eleusis?
CGG– Lo fundamental sería una promesa de inmortalidad o de una vida más feliz después de la muerte, eso no existía en la religión tradicional griega, que pensaba que las almas subsistían en el Hades, pero no se sabe si habría premio o castigo. Eso está en los órficos, no está claro si también en Eleusis, y también en Platón

Pregunta - Orfeo es un personaje que fracasa en su tentativa de recuperar a Eurídice, sin embargo, se vinculó en los orígenes del cristianismo a Jesús, cuya experiencia es más exitosa ¿por qué este paralelismo?
CGG– El cristianismo intentó recuperar ciertas figuras prestigiosas de la mitología antigua, como hizo en parte con Dioniso y hace con Orfeo. Incluso la figura de Cristo como buen pastor recuerda a Hermes. El cristianismo recupera las figuras, pero hace que Cristo vestido de Orfeo o con cierto aire órfico se muestre superior. Cristo para el cristianismo es muy superior a esas figuras que toman como imágenes de Cristo. Cristo tiene éxito al salvar la vida de los justos. 

Portada del libro

Autor
Mario Agudo Villanueva


Artículo - Sobre el supuesto hallazgo de los restos de Filipo II en la tumba I de Vergina

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Pierna izquierda de Filipo II, e la que se ve la anquilosis y el agujero causados por un lanzazo. Foto: JAVIER TRUEBA
Una investigación dirigida por el doctor Antonis Bartsiokas, de la Universidad Demócrito de Tracia, en el que ha colaborado Juan Luis Arsuaga, director del Museo de la Evolución Humana de Burgos, ha concluido que los restos de Filipo II, padre de Alejandro Magno, se encontraban en la tumba I del Gran Túmulo de Vergina (antigua Egas) y no en la tumba II, como había identificado Manolis Andronikos en los años 70. El artículo fue publicado ayer con el título The lameness of King Philp II and Royal Tomb I at Vergina en la revista PNASSu tesis se basa, en palabras de Arsuaga, en una deformación en la rodilla provocada por una herida, tal y como las fuentes describen la que sufrió Filipo II. Pocas más pruebas, a parte de la edad coincidente con las fuentes, sirven para refutar una teoría, la de Andronikos, que es mucho más sólida por el grado de evidencias materiales e históricas. Según Bartsiokas, los restos de Filipo estaban acompañados de su mujer Cleopatra y su hijo recién nacido; mientras que la tumba II pertenecería a Filipo Arrideo, otro hijo del rey macedonio. Rápidamente, todos los medios de comunicación han dado por sentado que los restos son, indudablemente, los de Filipo II, pero se trata de un argumento insostenible arqueológica e históricamente. 

Los reyes macedonios, tal y como hemos explicado en esta web, tenían la costumbre de incinerarse en grandes piras funerarias, siguiendo el ideal heroico (consultar artículo). Con ello buscaban reproducir el arquetipo del héroe fundador de la dinastía teménida: Heracles. La tumba II presenta una gran pira funeraria, que por su monumentalidad, se había identificado con la de Filipo II. Además, dentro de la tumba se encontraron dos urnas con la estrella argéada, el emblema de la casa real macedonia, con sendas coronas de oro, una atribuida a Filipo y otra a una de sus siete mujeres. A parte de estas evidencias, tenemos más: el fresco que representa a Filipo y Alejandro cazando, justo a la entrada de la tumba; los retratos de ambos personajes, elaborados en marfil; el fabuloso ajuar, repleto de armas, que acompañaba a la urna y el estudio de los restos realizado por el profesor Theodor Antikas, publicado recientemente, en octubre de 2014, a quien entrevistamos por aquel motivo (consultar entrevista).

A parte de estas evidencias arqueológicas, tenemos las fuentes históricas. Es difícil pensar que Alejandro, que se encargó de las exequias de su padre (JUS, XI, 2-2), permitiera que fuera enterrado con Cleopatra, sobrina de Atalo, a quien se ejecutó por traición por aspirar al trono de Macedonia. Cabe recordar el doloroso episodio que vivieron Alejandro y Filipo a cuenta de esta boda (PLU, Alej., 8, 5-11). Por otra parte, también parece difícil que Filipo Arrideo fuera cremado con todos los honores para ser enterrado en la tumba II, puesto que tras la muerte de Alejandro, Casandro intentó limpiar todo rastro de los teménidas, empezando por la propia Olimpíade (PAU, IX, 7-2; DS, XVII, 118-2). Por otro lado, Filipo presentaba más heridas que, al menos en las noticias aparecidas hasta ahora, no son tenidas en cuenta en el informe. Una, muy importante, en la cara, que probablemente afectó a su mandíbula, la producida en el asedio de Metone (PLU, Alej., 2-6 y 3-1) y otra en la clavícula, sufrida en una campaña contra dárdanos e ilirios tras la paz de Filócrates (DEM, Cor., 67).

La tesis de Bartsiokas y Arsuaga se tambalea todavía más, cuando tenemos en cuenta que los restos que han analizado son sólo una parte de los encontrados en la tumba I. Nos remitimos para ello a la carta que Theodor Antikas, director del equipo de investigación antropológica de las excavaciones de Vergina, ha enviado a la revista PNAS como aclaración y que gentilmente nos ha proporcionado para ser publicada en nuestra web: 

Dear Editors,

The following notes concern the recent article by Bartsiokas et al, The lameness of King Philp II and Royal Tomb I at Vergina, Macedonia.

Facts concerning the inhumed bones from Royal Tomb I at the Great Tumulus of Aegae:

1977-78: Tomb-I was discovered by Professor Andronikos and his University team; archaeologists Mrs. Drougou and Mr. Faklaris collected the human and animal remains found in it and kept logs describing skeletal and non-osseous elements coupled with diagrams presently kept at the Vergina Museum Lab and the University archive. Some bones were kept at Vergina, and some were sent to the Archaeological Museum in Thessaloniki (AMT) at that time.
1984: Dr. J. Musgrave was asked to “have a look” at those remains kept at the AMT. He photographed a few, determined they belong to an adult male a young adult female and a perinate, and published a postscript and a note in two papers that do not concern Tomb I. His notes lead historians, anthropologists and archaeologists to assume that Tomb-I is the burial place of Philip II, his young wife Cleopatra and their newborn.
2010-15: The Aristotle University Anthropological Research Team (ART) was formed by Prof. C. Paliadeli, head of the Vergina Excavation since 2001, to reexamine and reevaluate studies done since 1981, reexamine the skeletal remains from all royal burials in the Great Tumulus, and create data bases for them. Dr. Musgrave was asked as to the wherabouts of the bones he had seen. He was not aware that he was given only a few bones. These were missing and so were the rest of the bones described at the logs of the archaeologists mentioned above. Every effort was made to find them but in vain. 
In July 2014 two wooden boxes containing artifacts and two bags of human and animal bones from Tomb I (which had been stored at the Vergina Museum since their discovery in 1977 and were not known or seen by anyone) were located. Our team studied these unexpected finds in view of conducting DNA, Stable Isotope Ratio and C14 tests on samples from tombs I,II,III. An application was submitted to the Central Archaeological Council (CAS) in August 2014. We are awaiting its acceptance.
August 2014: the minimum number of individuals determined from the recently found bones is 7: one male, one female, one adolescent (sex unknown), one fetus and 3 perinates. Finally, some animal bones from Tomb-I show butchery marks. Our report has been submitted to Prof. C. Paliadeli, head of the Vergina Excavation. A detailed study of these findings is pending as we are waiting for the CAS permit to be granted; and investigating the route and the time at which the bones shown in the Bartsiokas et al paper have reached the Lab of Anthropology, Dept. of History and Ethnology, Democritus University.

It is evident that some bones from Tomb-I were kept at the University of Thrace--at some unknown period in the past--and some remained at Vergina’s storage area. The study of Dr. Bartsiokas et al has been done on a small part of the bones found in Tomb-I in 1977-78. However, we know now that the looted Tomb-I held the remains of at least 7 individuals and some animal remains. Some human bones may belong to the same individuals reported in the PNAS paper, or to three different occupants of the tomb. It is also conceivable that some of them may belong to looters, or “dumped” humans and animals for convenience. Cases of dumping adults, babies and animals are seen in other looted Macedonian tombs found at Vergina.
  
Conclusion: only by having all bones from Tomb-I studied and only with the help of the tests mentioned above the mystery of the identity of the occupants of Tomb-I may be resolved. The study by Bartsiokas et al on the identity of the individuals buried in Tomb I based on insufficient material evidence is far from resolving it. Without a detailed study of all skeletal remains found in the tomb and before any conclusive results from the DNA, C14 and SIR  tests mentioned above are reached, every assumption on the identity of  the deceased is premature hence unreliable.

Podéis consultar las noticias del estudio de Bartsiokas y Arsuaga en estos medios:

Article - The Carbon-14 Dating of the Amphipolis Tomb

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Bones from the skeleton of a woman aged 60+ at death found in and around the cist grave in the Amphipolis tomb
At the end of January this year the Greek Ministry of Culture commissioned various tests on the bones found in the burial chamber of the Amphipolis tomb. These were specified to include carbon-14 (radiocarbon) dating. Additionally, it is understood that carbon-14 dating of organic material found in the sand and gravel fill that was used to seal the tomb in ancient times was arranged.

It is very likely that the archaeological team from the Amphipolis dig has now received the results of this carbon-14 dating and now the head of the team, Katerina Peristeri, appears to have effectively revealed these results in a letter published in a Greek newspaper on 11th August (http://www.avgi.gr/article/5767313/epistoli-tis-katerinas-peristeri). She wrote that she believes the tomb to have been sealed “in the second century BC” and this assertion was very probably informed by the carbon-14 dates. Dates from testing the bones would suggest the period of burials and the dates from tests on organic material in the fill would suggest the sealing date.

It may therefore be inferred that the fill gave no carbon-14 dates later than 100BC and the bones will have yielded carbon-14 dates that were no later than those from the fill. These are very significant results. They immediately rule out previous speculation in some quarters about a Roman date for the tomb itself or for the sealing or for the burials. It is also clear that these results enhance the possibility that at least some of the bones may belong to the original occupants of the tomb and Katerina Peristeri also reasserted her team’s dating of the construction of the tomb to the last quarter of the 4th century BC in her recent letter.

Carbon-14 date distributions for samples at one-century intervals between 500BC and 200BC
However, because of some slight, but significant, variations in th amount of carbon-14 in the Earth’s atmosphere between the 4th and 2nd centuries BC, it may be necessary to revise the conclusion that the tomb was sealed in the 2nd century BC, even if that is where the carbon-14 date distributions end. The accompanying chart shows what carbon-14 dating results look like for samples from around 500BC, 400BC, 300BC and 200BC. Each graph shows the probability distribution for the date of the samples that the carbon-14 testing process would yield. Samples from around 300BC give a carbon-14 date distribution ranging from about 380BC forwards to about 170BC. But for samples from around 200BC almost the entire probability distribution falls on the more recent side of 200BC ranging forwards to about 50BC. That is because there was a small, but significant and rapid rise in the carbon-14 concentration in the atmosphere around 200BC, which means that things that died at 

As a consequence of this anomaly in the carbon-14 dating record, virtually any sample that actually died in the 2nd century BC will yield a carbon-14 date distribution that extends well into the 1st century BC. Equally, anything that died anytime from Alexander’s death (323BC) right up to the end of the 3rd century BC will yield a carbon-14 date range that extends into the early 2nd century BC. It may be that Katerina Peristeri is suggesting that the Amphipolis tomb was sealed in the 2nd century BC because the carbon-14 date distributions from the bones and the fill all end in the 2nd century BC. But in fact such distributions would imply a sealing before 200BC and the sealing could be as early as the time of Alexander’s death. If the sealing did happen in the 2nd century BC, then the carbon-14 date distributions should extend well into the 1st century BC.

Author
Andrew Chugg, author of The Quest for the Tomb of Alexander the Great and several academic papers on Alexander’s tomb (see https://independent.academia.edu/AndrewChugg and www.alexanderstomb.com)



Reportaje - Palmira: el sueño de la reina del desierto

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Amanecer en la Vía Columnada de Palmira. Foto: Nacho San Marchos. Septiembre de 1989.
En memoria de Luis Argüelles Arabia y Sirio, un perro pastor de Canaán.

Cuando el viajero francés Constantin-François Chassebœuf de La Giraudais, qué paso a la historia como el conde de Volney, se encontraba recorriendo las tierras del imperio Otomano -allá por el año 1787- se topó con las ruinas de una legendaria ciudad, cuya fama ya era por entonces excelsa: Palmira. Su evocadora descripción ha quedado grabada en el imaginario colectivo, convirtiéndose en el paradigma de la historia del Oriente más exótico, el de los desiertos, los oasis y las caravanas, el de un enorme y cautivador pasado y su legado, todavía hoy visible.

La ciudad aparece citada ya en las tablillas de Ebla, en el 2250 a.C., y en las de Mari, del segundo milenio. Su primera denominación fue Tadmor, que en lengua local significaba “la ciudad de los dátiles”. Algunos autores consideran que es la Tamar o Tadmor que la Biblia nos dice que fue reedificada por Salomón (Reyes I, 9-18; Crónicas II, 8-4), aunque parece más lógico pensar que estamos ante otra ciudad, quizás próxima al Mar Muerto. Su nombre latino es el que ha quedado grabado para la posteridad: Palmira, “lugar de palmeras”. Ya vemos, por tanto, una característica fundamental de este enclave, su vinculación con el oasis de Efca, cuyos manantiales hacen fluir la vida en pleno desierto sirio.

Esta privilegiada posición permitió que Palmira se convirtiera desde los albores de la civilización en un punto de referencia fundamental en las rutas comerciales que unían Oriente con Occidente, la puerta de Europa para las caravanas asiáticas y la puerta de Asia para los puertos del Mediterráneo oriental. Un intercambio continuo de gentes y de mercancías que derivó en una riquísima mezcla cultural, en un sincretismo de pueblos y tradiciones que todavía hoy podemos adivinar entre sus milenarios vestigios....

Puedes descargar el PDF del reportaje clicando sobre la foto inferior:


Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Vicente Lull: "la Almoloya conserva la primera manifestación de arquitectura política que conocemos"

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Vista aérea del yacimiento de La Almoloya. Foto: Habitat Serea SL.

La cultura de El Argar es una de las más relevantes de la prehistoria peninsular. La investigación de los yacimientos arqueológicos del horizonte argárico sigue aportando nuevas informaciones sobre su historia, urbanismo, economía y sociedad. Dos de estos enclaves han ocupado la primera plana de la actualidad arqueológica de los últimos años, los de La Bastida de Totana y La Almoloya, en la provincia de Murcia, ambos investigados por el equipo que dirige Vicente Llul, de la Universitat Autónoma de Barcelona. Por segunda vez en nuestra web, hemos querido conocer el transcurso de estos trabajos, centrados ahora en La Almoloya. 

Fragmento de muralla de La Bastida de Totana. Foto: Mario Agudo Villanueva

Pregunta - En La Bastida de Totana se han excavado ya un importante fragmento de muralla, con características muy especiales en la península, y una amplia sección de viviendas, entre las que destacan una zona ritual, un almacén, un taller metalúrgico y una carnicería, así como lo que parece una torre defensiva y un edificio en la cima del monte donde apareció un enterramiento con un importante ajuar ¿cuáles serán las siguientes fases de la excavación y qué novedades pueden aportar al conocimiento del yacimiento?
Respuesta - Está previsto continuar la excavación monte arriba siguiendo el trazado de la muralla y acometer los trabajos en la cima del cerro. No obstante, el plan no tiene, de momento, calendario a causa de las dificultades económicas para llevarlo a cabo.

Diademade plata recuperada en los ajuares de la tumba principesca de La Almoloya. Foto: UAB

Pregunta - La Almoloya ha arrojado también restos de gran importancia, que parecen mostrar que era un centro político y de explotación del territorio de primer orden ¿se han documentado a nivel arqueológico contactos entre Totana y La Almoloya?
Respuesta - La Almoloya constata multitud de contactos con diversas áreas de El Argar. Evidentemente con La Bastida, pero algo que nos estimula especialmente es la relación entre Murcia y Almería, es decir entre La Almoloya y el yacimiento de El Argar que hemos podido constatar en trabajos de cerámica y del metal.

Zona de almacenamiento de una habitación del yacimiento de La Bastida de Totana. Foto: Mario Agudo Villanueva

Pregunta - ¿En qué fase se encuentra actualmente la investigación de La Almoloya?
Respuesta - La Almoloya esta excavada cerca de un 80% de su superficie. El plan es finalizar la excavación de los complejos habitacionales de la última fase y proceder a trabajos de consolidación y restitución de estructuras para evitar su deterioro y salvar este monumento magnífico de la vida de un pueblo hace 4000 años. La Almoloya es un verdadero museo de la vida y es el único de la Edad del Bronce europea continental que se ha excavado en casi toda su extensión y que conserva sus casas, sus calles, sus edificios públicos y la primera manifestación de arquitectura política que conocemos.

Tumba principesca de La Almoloya. Foto: UAB

Pregunta - ¿Qué hipótesis se barajan sobre el origen de estas poblaciones: evolución de culturas autóctonas o asentamientos foráneos?
Respuesta - Nuestra hipótesis es la de una evolución autóctona y para confirmarla o descartarla estamos trabajando en la actualidad. Nos encantaría que no fuera así, es decir, que las tesis orientalistas volvieran, esta vez con  justicia, a prevalecer y tenemos indicios sorprendentes como la muralla de La Bastida y sus probables paralelos orientales, pero de momento, la mayoría de los materiales arqueológicos apuntan a una continuidad.  Poco a poco se irá aclarando el panorama. Las investigaciones de laboratorio están todavía en sus fases iniciales.

Pregunta - ¿Cuáles eran sus principales medios de vida?
Respuesta - Eran una comunidad agropecuaria que se nutría de lo que producían o cazaban. Otra cosa son las industrias que fueron capaces de concretar, desde la metalurgia hasta la tejeduría. Sus habilidades tecnológicas eran sorprendentes y totalmente novedosas en el caso de la construcción. Eran verdaderos maestros en recursos arquitectónicos. Sus soluciones edilicias solo se pueden parangonar con las cretenses.

Sala de reuniones o audiencias de carácter político-administrativo. Foto: UAB

Pregunta - ¿Qué sabemos de su organización social a partir de los restos arqueológicos?
Respuesta - Es bien sabido que El Argar es una sociedad de clases. Hace más de 20 años, cuando defendimos la existencia del Estado argárico como estructura social ajustada al registro material arqueológico, muchos colegas eran escépticos. Ahora, con el descubrimiento de grandes monumentos, murallas, salas de reunión o decisión política, pocos dudan que la estructura social no corresponda a un estado. Es divertido constatar que cuando planteamos la presencia de Estado en El Argar, mucha gente confundió la estructura social estatal con sus formas de gobierno. Por ejemplo, la estructura política clásica griega era la de Estado, que sean 20 o 30 ciudades estado, es menos relevante y diría que, estructuralmente, solo coyuntural. Lo importante es que todas ellas tenían una estructura política similar de explotación de gran parte de la población: mujeres, siervos, esclavos, etc. Que lo hicieran en Tebas, Atenas o Corinto importa menos en términos sociológicos, aunque sea interesante en términos históricos, sobre todo para aquellos que continúan insistiendo en que la historia se escribe desde las identidades. Nunca dijimos que "históricamente" El Argar era un solo Estado, aunque los nuevos datos son tan sorprendentes que incluso nos obligarán a cotejar si realmente solo hubo uno. Sin embargo, todavía es muy pronto para establecer la forma de gobierno y las relaciones sociales en un área que cubre 33.000 km2 y que cuenta con escasísimas intervenciones arqueológicas en relación a la importancia que cobró El Argar en su tiempo o al papel primordial que tuvo en la prehistoria europea. 

Autor
Mario Agudo Villanueva

Artículo - sobre la tumba de Anfípolis y su posible dedicatoria a Hefestión

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Vista del acceso principal a la tumba de Anfípolis. Foto: Ministerio de Cultura Grecia

El equipo investigador que hasta el momento ha estado trabajando en la tumba de Anfípolis, en el distrito de Serres, en la Macedonia griega, dio ayer una rueda de prensa para publicar algunas de sus últimas conclusiones sobre sus estudios en el túmulo de Kasta. A la luz de tres inscripciones en las que la palabra parelavon (recibido) aparece junto al monograma de Hefestión, Katerina Peristeri ha anunciado que la tumba podría ser en realidad un Heroon dedicado al culto del gran amigo y lugarteniente de Alejandro Magno, aunque no hay evidencias de que sus restos mortales pudieran haber sido enterrados allí. La arqueóloga griega ha insistido en el hecho de que la tumba pertenece al siglo IV a.C., entre los años 325 y 300 a.C., aunque la aparición de varios restos humanos, entre ellos los de una mujer de edad madura y un bebé, no ha podido ser suficientemente aclarada.

Inscripciones encontradas en Anfípolis con la palabra parelavon. Foto: Ministerio de Cultura Grecia

Supuesto monograma de Hefestión. Foto: Ministerio de Cultura Grecia

Fuentes históricas
Ante este anuncio, cabe buscar en las fuentes históricas lo que se nos dice de la muerte y enterramiento de Hefestión. Justino, en su Epítome de las Historias Filípicas de Pompeyo Trogo, señala que "murió uno de sus amigos, Hefestión, muy querido para el rey, primero por sus cualidades físicas y por su juventud, después por su complacencia. En contra del decoro de un rey, Alejandro lo lloró mucho tiempo, le levantó un túmulo de doce mil talentos y mandó que después de su muerte se lo adorara como a un dios" (XII-12). No indica dónde se levantó el túmulo, pero a continuación nos habla de la llegada de Alejandro a Babilonia, lo que tendríamos que vincular con la noticia que nos da Flavio Arriano, una de las fuentes más fiables para conocer la vida del Magno "después de la muerte de Hefestión, Alejandro no probó bocado ni prestó atención a su apariencia personal, y yació en el suelo, ya sea llorando o haciendo el duelo en silencio; que ordenó una pira funeraria estuviera preparada para Hefestión en Babilonia, a expensas de diez mil talentos del tesoro, y algunos dicen que el costo fue aún mayor, y que emitió un decreto para que en todo el imperio se observara un duelo público. Muchos de los Compañeros de Alejandro dedicaron sus personas y sus armas al fallecido Hefestión, con miras a demostrar su respecto hacia él" (VII-14). 

Diodoro Sículo nos cuenta que tras despachar una embajada de diferentes naciones en Babilonia, Alejandro se dispuso a oficiar los funerales por Hefestión, para los cuales "el rey ordenó que las ciudades de la región contribuyeran a su esplendor, de acuerdo con su capacidad, y proclamó a todos los pueblos de Asia que diligentemente saciaran lo que los persas llamaban el "fuego sagrado", hasta el momento en el que finalizara el funeral. Esta era la costumbre que los persas seguían cuando moría un rey" (XVII, 114-4). A continuación también nos da noticia de que "cada uno de los generales y amigos trataron de cumplir con los deseos del rey e hicieron retratos de Hefestión en marfil y oro, así como otros materiales que los hombres tienen en alta estima. Alejandro seleccionó artesanos y un ejército de obreros para derribar las murallas de las ciudades que estuvieran a una distancia de diez estadios. Recogió los ladrillos cocidos al horno y niveló el lugar en el que se debía construir la pira, luego se construyó esta en forma de cuadrado, de un estadio de longitud cada lado" (XVII, 115-1). Después, el historiador siciliano realiza una pormenorizada descripción de la pila, para finalizar diciendo que "todos los generales y los soldados, enviados y nativos rivalizaban entre sí por contribuir a la magnificencia del funeral, por lo que se dice que el gasto total ascendía a más de doce mil talentos" (XVII, 115-5). 

Sobre su muerte, nos dice Plutarco que "en esos días se dio la circunstancia de que Hefestión estaba febril; pero, siendo como era joven y de espíritu marcial, no toleraba la idea de seguir una dieta rigurosa. Así que mientras su médico, Glauco, se ausentaba para ir al teatro, Hefestión se sentó a la mesa, devoró un gallo cocido y se bebió una jarra de vino fresco; comenzó a sentirse mal y al poco rato murió. Alejandro encajó la desgracia de forma irreflexiva y sin ninguna moderación: al punto mandó afeitar las crines a todos los caballos y mulos en señal de duelo, hizo derribar las murallas de las ciudades de los alrededores, mandó crucificar al desdichado médico y prohibió en el campamento, durante largo tiempo, el sonido de las flautas y de cualquier otro tipo de música, hasta que le llegó un oráculo de Amón que le instaba a hacer sacrificios en honor de Hefestión y a honrarle como a un héroe. Alejandro, sirviéndose de la guerra como un medio de paliar su dolor, salió de campaña como quien va a la caza del hombre; sometió al pueblo de los coseos e hizo masacrar a todos los varones adultos (a esto se le llamó "el sacrificio en honor de Hefestión"). Tenía pensado gastar diez mil talentos entre la tumba, los funerarles y demás ornatos fúnebres, y como quería que la singularidad y el mérito artístico del monumento quedaran por encima del gasto, quiso contar, antes que con ningún otro arquitecto, con Estasícrates, que prometía dar a sus invenciones una cierta magnificencia, audacia y boato. En efecto, este Estasícrates, en un encuentro anterior con Alejandro, le había dicho que el Atos de Tracia era la montaña más apropiada para recibir la configuración y forma humanas, por lo que si así se lo ordenaba, haría del Atos la más perenne y conspicua de sus estatuas, un Alejandro rodeando con la mano izquierda una ciudad de diez mil habitantes y vertiendo con la derecha la caudalosa corriente de un río que desembocaría en el mar. Y si bien Alejandro había desechado esta idea, por aquel entonces pasaba mucho tiempo en compañía de los arquitectos imaginando y dándole vueltas a proyectos aún más absurdos y costosos que aquél" (72-2). 

Conclusiones
Los testimonios de las fuentes son parecidos. Todos coinciden en la pesadumbre de Alejandro y en los magníficos funerales que se rindieron a Hefestión, que fue incinerado en una gran pira funeraria al modo de la realeza macedonia. También hay cierta coincidencia en la cantidad desembolsada para ello, entre 10.000 y 12.000 talentos. Sin embargo, no encontramos referencias a que los restos de Hefestión fueran trasladados a Macedonia, ni que se mandara construir allí ningún monumento funerario del calibre de la tumba de Anfípolis. La nota sobre la obra de Estasícrates en el monte Atos, próximo a Anfípolis, no está vinculada a Hefestión, sino a Alejandro. 

Los monogramas de Hefestión no son los únicos que se han encontrado en la tumba de Anfípolis. Tal y como nos explica Andrew Chugg, los profesores Bakalakes y Millers han publicado una docena de inscripciones semejantes, encontradas en los bloques de la tumba que se hallaron junto al león en los años 70 y otros que todavía se conservan in situ. Todos parecen ser nombres de soldados macedonios y tracios. 

Inscripciones encontradas por Bakalakes, procedentes del túmulo de Anfípolis. Foto: Andrew Chugg
Inscripciones de Millers, que parecen indicar el nombre de Dizas Alkou. Foto: Andrew Chugg

Por otro lado, la muerte de Hefestión se ha situado hacia el 324 a.C. en Ecbatana, actual Irán, apenas un año antes de Alejandro. Resulta muy complicado que en tan poco tiempo pudiera acometerse una obra de tal calibre. No parece probable que los generales de Alejandro, enfrascados como estaban en pleno conflicto por la sucesión, continuaran con este proyecto. Ni mucho menos su madre, Olimpíade, a quien parece, por lo que dicen algunas fuentes, que Hefestión no le parecía buena compañía para Alejandro -ante los reproches, amenazas y aspereza de Olimpíade, el íntimo amigo del rey respondió una carta en la que, según Diodoro, decía: “deja de acusarnos y no te enojes o amenaces. Y si no, nos preocupará poco; pues sabes que Alejandro es el más poderoso de todos” (XVII, 114-3)-.

La hipótesis planteada ayer, que apuntaba a la posibilidad de que Antígono Monoftalmos hubiera sido el encargado de la obra no resulta del todo creíble, puesto que Antígono no gobernó nunca en Macedonia, que siguió estando bajo el control de Antípatro, por lo que, en todo caso, habría sido más lógico pensar en que fue este quien se encargó de las obras. 

Andrew Chugg señala también que "los arqueólogos han afirmado que la tumba fue sellada antes de la llegada de los romanos, en el año 168 a.C. Sin embargo, en noviembre, dijeron que la tumba fue sellada en el siglo III d.C. El hecho de mover casi cuatro siglos la fecha de sellado de la tumba afecta de manera determinante a la interpretación de los restos óseos hallados en su interior, que corresponden con individuos inhumados, entre ellos, la principal, una mujer de unos 60 años, de la que esta hipótesis de Hefestión no nos da ninguna explicación". Por otro lado, Nicholas Saunders también señala que "los elementos decorativos de la tumba y los restos hallados en ella parecen indicar que estamos ante el enterramiento de una mujer".

En definitiva, y en espera de una publicación que acabe por disipar todas las dudas, podemos decir que la hipótesis de la dedicatoria de la tumba de Anfípolis a Hefestión es una más que se suma a las que ya había y que, desde luego, no acaba por cerrar el problema de la atribución de esta enorme construcción.

Autor
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Peggy Sotirakopoulou: "las figurillas cicládicas de mármol fueron objetos de prestigio con significados y usos diversos"

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El Museo Cicládico de Atenas ha albergado los días 1 y 2 el congreso Cycladica in Crete: Cycladic and Cycladicizing figurines within their archaeological context, que ha tratado de profundizar en la relación de la isla de Creta con el arte cicládico. Mediterráneo Antiguo ha querido conocer con más profundidad algunos aspectos relacionados con este cautivador e interesante estilo artístico de la mano de la arqueóloga Peggy Sotirakopoulou, una de las organizadoras del Congreso junto con el Profesor Nikolaos Stampolidis, director del Museo, a quien ya entrevistamos en esta página con motivo de la exposición "Princesses of the Mediterranean in the dawn of History", celebrada en 2013. Aquí tenéis el contenido de la entrevista (en inglés).

Question - Normally we talk about several periods in the development of Cycladic Art. Could you explain us the main features of them?
Answer - The term Early Cycladic culture is used to define the first of the three periods into which the Bronze Age of the Cyclades is divided conventionally (Early Cycladic, Middle Cycladic and Late Cycladic). The Early Cycladic period covers the interval from about 3200 to 2000 BC and on the basis of the development of the settlements and technical advances is divided into three sub-periods Early Cycladic I (c. 3200-2800/2700 BC), Early Cycladic II (c. 2800/2700-2300 BC) and Early Cycladic III (c. 2300-2000 BC).



Cycladic marble figurine from the cemetery at Koumasa, in south-central Crete. Photo: Museum of Cycladic Art

EARLY CYCLADIC I PERIOD

Little is known of the settlements of the Early Cycladic I period. This is usually attributed to the fact that the houses of this phase were made of perishable materials, so that no remains have survived. It is equally likely, however, that this defective picture is due to the small size of the installations or to the fact that the building remains of this phase are not accessible, since they lie beneath buildings of later phases. Judging by the sites of the cemeteries of this phase, of which more is known, it may be concluded that the settlements were often located on hillsides or in plains near the sea, and more rarely in the interior of the islands. There were also settlements that occupied naturally defended sites near the sea. One of these, at Markiani on Amorgos, was further protected at its north, accessible side by a stout fortification wall with almost horseshoe-shaped bastions and an outwork in front of it.
The cemeteries are usually located on a hillside a short distance from the settlements to which they belonged and near the sea. Some cemeteries, however, are to be found on flat areas and in the interior of the islands. The graves were dug into the hillside and had an entrance facing downhill, which was the only feature defining their orientation. The majority of the cemeteries consist of 15 to 20 graves, usually arranged in clusters. Each cluster seems to have been used for the bodies of a single family. Features in the form of the ground, such as natural rock outcrops, served to separate the clusters and at the same time to protect the graves from erosion.

The commonest type of tomb was the cist grave – that is, each side of it was lined with a single upright slab of schist or marble. The plan of the graves varied, with a preference for a trapezoidal form. One, two or three extra slabs were used to cover the grave, and sometimes there was another placed on the bottom of it. In other cases, the graves were floored with pebbles set in clay. Quite frequently, a small rectangular slab was placed beneath the head of the deceased as a pillow. The greatest length of the graves ranges from 0.80 m. to 1.20 m. and their width from 0.30 m. to 0.80 m. They are usually shallow, varying from 0.30 m. to 0.60 m. in depth. The very small graves seem to have been intended for children. Above the covering slab was a small built platform, which seems to have served partly as a grave marker and partly for rituals held in honour of the dead. The grave markers could also take the form of a thin layer of pebbles set in a border of larger stones or of stones mixed with earth which formed piles, circles, semicircles or spirals over the capstone. The desire to mark the graves was also manifest when one of the upright slabs which lined the sides projected above the others, as a sema.

Each grave held only one body, normally placed on its right side in a tightly contracted posture, recalling the foetal position: knees strongly bent up to the chest, arms in front of the face, back facing the long side of the trapezium, and face towards the entrance to the grave. The contraction is occasionally so great that it is thought probable that it was achieved by binding the body with bands or ropes before rigor mortis set in. The highly contracted posture of the dead has sometimes been thought to be due to the small size of the graves; however, it seems that it was determined by a deep-rooted burial practice that is seen in the Aegean as early as the Mesolithic period. During the Early Bronze Age, this practice is widespread and, except the Cyclades, is also attested in mainland Greece and Crete, even in the cases that the tombs were spacious and held only one body. 

The shapes of clay pots were limited in number. The clay is coarse-grained, contains many inclusions and is usually poorly fired, giving it a friable texture and a black core. The surface is brown or reddish and usually shiny as a result of mechanical burnishing with a pebble or a bone tool. The characteristic feature of the Early Cycladic I pottery is the incised decoration of thin, exclusively straight, densely arranged lines, forming either successive zones of herring-bone pattern, or rows of hatched triangles. The incisions are often filled with kaolin, the white mineral pigment found on Melos, which makes the designs stand out against the dark surface of the vases and creates a bichrome impression through the alternation of the white and dark.

Stone vases were made exclusively of marble and included a limited number of types. The main hallmark of these early creations is the faithful reproduction of specific types, with very few variations. Decoration on the surfaces of the vases is rare.

The figurines are of marble and fall into two basic categories: schematic and naturalistic: schematic figurines include very simple, usually small, flat ones with a roughly anthropomorphic outline, while naturalistic figurines include those in which there is an attempt at a naturalistic rendering of the human figure. Most of the Early Cycladic I figurines are schematic, the most common and best known of them being the violin-shaped figurine. The earliest of the naturalistic figurines, the Plastiras type, named after a cemetery on Paros, also makes its appearance in the Early Cycladic I period. To it belong standing male and female figures 7 to 31.5 cm high that are developments of the steatopygous figures of the Late Neolithic period. The distinctive features of the figurines of the Plastiras type are the meeting of the hands finger to finger beneath the breasts, very pronounced curves of the pelvis and thighs, legs that are separated for their full height, and a detailed rendering of the facial features and anatomical details of the body. 

Metal artefacts were confined to a small number of bronze tools and jewellery from tombs on Naxos and Paros, a gold bead from a tomb on Naxos, and a few pieces of copper slag from the settlement at Avyssos on Paros.

Cycladic-type marble figurine from the cemetery at Koumasa in south-central Crete. Photo: Museum of Cycladic Art


TRANSITIONAL EARLY CYCLADIC I-II PHASE

The transitional phase between Early Cycladic I and Early Cycladic II gives a clear indication of a significant development in metal-working and of emergent wealth and status evidenced by a number of bronze and silver artefacts found in two very rich tombs on Naxos and Amorgos. 

Developments are also seen in pottery. New vase types and new techniques made their appearance alongside types and a decorative style that represent advanced forms of earlier ones. Narrow-necked vases made their appearance, as did the frying-pan vessel. The repertoire of the incised decoration was enriched by curvilinear motifs such as spirals and single or concentric circles, often rendered by deep incisions filled with kaolin. The technique of impressed decoration was also introduced, in which the designs are not incised but impressed on the surface of the vase with a wooden stamp. The repertoire of impressed decoration includes spirals, single or concentric circles, and rows of triangles forming relief lozenges or relief zigzags. Finally, the technique of covering the entire surface of the vase with a shiny red glaze, known as Urfirnis, also makes its appearance; this is a paste of thin, clear clay which on account of the content of argil in some of the constituents, forms a lustrous layer on the surface of the vase during firing.

This phase is also characterised by a distinct tendency to experiment on the part of the Cycladic sculptors, and by the emergence of a large variety of figurine types, which seem to reflect the aspirations of the period. To this phase belong the Louros and hybrid types, which are intermediate between the schematic and naturalistic, and the precanonical type. The Louros type, which owes its name to a very rich tomb  at Louroson Naxos, comprises figurines that are distinguished by the abstract treatment of the human figure, with a triangular or amygdaloid head tilted slightly backwards, schematic rendering of the arms with wing-like protrusions on the shoulders, an attempt at a plastic rendering of the legs, horizontal feet, and a complete absence of facial characteristics and, usually, anatomical details. The precanonical type includes figures that, while retaining certain characteristics of the Plastiras type – such as the upright stance, detailed facial and anatomical features, curvaceous pelvis and thighs, separated legs, and plastic rendering of the different body parts –, at the same time exhibit elements that are forerunners of the so-called canonical figurines of the Early Cycladic II period, such as the backwards tilt of the head, the first efforts to render folded arms, with one forearm above the other, and the bending of the legs.

The rock-cut tombs found on Ano Kouphonisi also date from the transitional phase between Early Cycladic I and Early Cycladic II. These tombs were cut into the soft limestone bedrock and comprised two parts: one open outer part (prothalamos), trapezoidal or oval in plan, and one roofed inner part that comprised the main funerary chamber (thalamos). Their size was large by Cycladic standards, and the forecourts larger and deeper than the main chambers. The corpse was placed in a contracted posture with the head towards the entrance of the burial chamber. After the interment had taken place, the entrance to the funerary chamber was blocked by a large upright slab that sometimes protruded above the original ground surface, as a grave marker, and the forecourt was filled with two subsequent layers of earth and stones up to the original ground surface. 

EARLY CYCLADIC II PERIOD

The architectural remains multiply during the Early Cycladic II period. The settlements of this phase are sometimes on promontories and sometimes on low hills or naturally defended sites by the sea, though there were also settlements in the interior of the islands. Some of them are fortified, while others have so far yielded no signs of fortifications during the Early Bronze Age. Their size varies, ranging from 0.3 hectares at Markiani on Amorgos to 1.1 hectares at Skarkos on Ios

The cemeteries are larger than in Early Cycladic I and the cist grave continues to be the commonest type of tomb. However, single-chamber cist graves are now used for multiple successive burials of members of the same family. This phenomenon points to an increase in the population, or at least its concentration in larger settlements. As a consequence of this practice, graves ceased to be organised in clusters and their entrance was no longer sealed by a stone slab, but by dry stone walling, so that they could be opened easily for each fresh interment. Beneath the stone slab on the floor, one or two storeys were often created to serve as ossuaries. Every time space was required for a new interment, the bones of the previous body were moved to one end of the grave or placed in one of the lower storeys, though the skull was normally left in its original position. This special treatment reserved for the skulls of previous burials suggests respect for the head as the centre of human existence. 

Another type of tomb used in this period is the corbelled grave, which has been found only at the cemetery at Chalandriani on Syros. This is the largest Early Cycladic cemetery, differing greatly from the rest in that it has over 600 graves. The graves in it were small chambers cut into the side of the hill, with their sides lined with dry stone walling consisting of small stone slabs corbelled in: that is, each course of stones was laid slightly further in than the one below it, so that the opening was gradually reduced, and finally sealed by a single slab. The token entrance to the grave was sealed by dry stone walling or a single vertical slab, and took the form of a house door, with jambs, lintel and threshold. There was usually a small dromos in front of the entrance. The ground-plan of the graves varied in shape, and might be quadrilateral, circular or elliptical, polygonal, or completely irregular. These graves held a single body each and were therefore organised in clusters, as in the earlier cemeteries. Interment was carried out through the roof of the grave and the body was placed on its left side, in contrast with the practice known in cist graves. 

Pottery-making reached its pinnacle in Early Cycladic II, during which it was characterised by a wide variety of vase shapes and decoration. Several shapes evolved from earlier ones, though new shapes also made their appearance. The innovations of the transitional Early Cycladic I-II phase became the hallmarks of this phase. Earlier techniques, however, such as the mechanical burnishing of the slip, and the use of incised decoration, continued in use. The processing of the clay was perfected so that it was now almost pure with no coarse inclusions, and the firing was improved, making it possible to manufacture vases with thin walls and flexible outlines, which often seem to have been influenced by metal vessels. The innovations of this phase include spouted vases with a raised spout in the shape of a bird’s beak. Familiarity with the use of Urfirnis led to the technique of painted decoration, another innovation of this phase. The surface of the vase is covered with a light slip, on which are painted dark rectilinear or curvilinear designs arranged in horizontal or vertical zones; representations of birds, quadrupeds and fish are also found.

Stone-working reached great heights in both a technical and typological sense. All the early types continued to be made, though renewed and in different varieties, while at the same time a series of new ones made their appearance which either copied ceramic shapes of this period or were completely original. This is perhaps not unconnected with the development and wide application of metalworking, which supplied the craftsmen with more durable and effective tools. A tendency towards diversity and variety in the form is characteristic of this period and stemmed from the craftsmen’s freedom of expression. The sizes of vases are small, their walls thin, verging on translucent, and the lines curved. Many marble vases stand on a high, trumpet-shaped foot which, as in the pottery, is a distinctive feature of this period. Occasionally, veined marble was used instead of white, with the veins following and emphasising the outlines of the vases. Alongside marble, use was made of coloured limestones, particularly for simple types, soft chloritic schist, especially in composite shapes, as well as white limestone and schist, for coarse palettes-grinding vessels for household use. Some types of marble vases often have incised decoration consisting mainly of rectilinear and more rarely of curvilinear or pictorial motifs. Decoration is most common on vases made of chloritic schist, which are sometimes incised with rectilinear motifs and sometimes worked in relief with curvilinear designs. Examples are also known of marble vases that preserve traces of red-painted decoration of simple linear motifs.

The marble figurines are both schematic, of the so-called Apeiranthos type, and naturalistic, of the canonical folded-arm type, which is the best known and most numerous category of Cycladic figurines and the characteristic hallmark of Early Cycladic II. The long life of this type, which continued to be found virtually unchanged for about five centuries, is impressive, though we do not know if the meaning of the figurines also remained unchanged. Their height varies dramatically, from the smallest at 7 cm to 1.50 m for the largest monumental examples, which are close to life-size, though these are relatively few. The canonical figurines normally depict nude female figures, though a number of male ones are also found. The figurines of this type have a number of basic characteristics: the head is tilted backwards and ends in a flat surface that seems to symbolise some kind of headcover or special coiffure. Of the facial features, the nose is always modelled. Some of the large sculptures also have modelled ears, while the hair, eyes and eyebrows are indicated by paint. The mouth is usually omitted, a feature that may have a symbolic meaning. The breasts are shown in relief. The arms are folded beneath the breasts in what is called the “canonical arrangement” – that is, with the right forearm beneath the left. The pubic triangle is in many cases incised. The legs are joined and usually slightly bent at the knees. The feet usually slope downwards, giving the impression that the figures are standing on the tips of their toes. The spine, knees, ankles, fingers and toes are often indicated by incisions, though the number of fingers or toes is not always correct.

The early phase of Early Cycladic II has also yielded a relatively small group of elaborate special figure types. Though typologically associated with the canonical figurines, these have broken free of the strict frontality of those figures and have acquired a third dimension. They include standing and seated male figures engaged in some activity (such as musicians and the cup bearer), seated female figures in a passive stance, and compositions of two or three figures. 

The Early Cycladic II period is also characterised by the great development of metallurgy and metalworking in the islands. Two types of bronze weapon are thought to have been invented by the Cycladic islanders: (a) the type of the tangless double-edged dagger, with a relief midrib along the entire length of the blade and two or four holes to attach it to a wooden or bone handle by means of bronze or silver rivets, and (b), the type of the spearhead with a relief midrib, plain tang and two elongated slots to attach it to the shaft. There are also a wide variety of cosmetic instruments of bronze, jewellery made of bronze, silver, bone, semi-precious stones and seashells, a few silver vessels and a small number of artefacts made of lead.

Head of Cycladic-type marble figurine from the cemetery at Phourni, Archanes in north-central Crete. Photo: Museum of Cycladic Art


EARLY CYCLADIC III PERIOD 

Towards the end of Early Cycladic II, a set of new, mainly drinking and pouring shapes appeared in the Cyclades and on the eastern coasts of mainland Greece, with a characteristic dark – black, brown or red –, highly burnished surface, which seem to derive their origins from various areas of Asia Minor. These new shapes form the so-called Kastri group. The use of the potter’s wheel and of a copper-tin alloy were also introduced from the East during this period. Recent evidence has shown the Kastri group pottery to occur side by side with that of the Early Cycladic III period, thus indicating that the two phases overlap for the most part. 

The Early Cycladic III pottery is largely a continuation or development of that of the previous phases. At the same time, however, new vase shapes and decoration made their appearance. This pottery is best known from Phylakopi, where it occurs in two styles: one with a shiny dark surface (red, brown or black) and incised decoration with both rectilinear and curvilinear designs, and the other with dark painted decoration on a thin white slip with motifs that are as a rule rectilinear and only occasionally curvilinear. At the end of this phase, the use of curvilinear motifs began to dominate and pottery with white painted decoration on a dark surface made its appearance. 

During this period an appreciable reduction in the number of settlements is observed. Cist graves continue in use, as also do the corbelled graves on Syros. On the volcanic island of Melos, where the ground was conducive to rock-cut structures, rock-cut tombs have been discovered at various sites but they are best known from Phylakopi. These consisted of one or two adjacent chambers cut underground, with an entrance, a sloping dromos and occasionally a pitched roof. The burial chambers were quite large. Their ground-plan varied in shape, and might be rectilinear, trapezoidal, elliptical or circular. Most of the Phylakopi tombs had been plundered, therefore the number of bodies they contained is unknown. However, it seems that they were intended for multiple successive burials. In addition, infant jar burials both inside and outside the settlement reappear in this period for the first time after the Final Neolithic. Marble sculpture has a marked decline. The figurines of this period are schematic and belong to two types named after the sites at which they have been found: the Phylakopi I or Ayia Irini type and the Dhaskalio sub-variety

Question - What is the influence area of the Cycladic Art?
Answer - The archaeological evidence indicates that the Cyclades developed relations with the rest of the Aegean world at a very early date. Already at the end of the Palaeolithic (11th millennium BC), and throughout the Mesolithic period, the eastern coasts of the Peloponnese and the islands of the north and east Aegean procured obsidian from Melos. During the first stages of the Neolithic (7th millennium BC), Melian kaolin, used in the manufacture of pottery in the special category of “all-white” vases, and millstones from the islands travelled to mainland Greece in addition to obsidian which during this period reached as far as Thessaly and Crete. Contacts between the Cyclades and other Aegean areas intensified in the Late Neolithic period (c. 5300-3200 BC) to include Cycladic types of marble vessels in Samos and in the Troad, and reached their apogee during the Early Bronze Age (3rd millennium BC), in particular during the Early Cycladic II and III periods, when they extended from Macedonia to Crete and from Lefkas in the Ionian Sea to the interior of Western Asia Minor and Cyprus. The Cycladic influence on other areas takes the form of both imported raw materials (such as obsidian from Melos, copper from Kythnos, silver and lead from Siphnos, and, of course, marble, the main raw material of the islands) and finished products (such as clay and marble vases, marble figurines, silver vessels, tools and jewellery, bronze tools and weapons, bone tubes-pigment cases and seal impressions), which are either directly imported or imitated in these areas. The contacts of the Cyclades with the various Aegean areas could have been both direct and indirect; in the latter case, it was most probably through trading centers on the coasts that Cycladic artefacts would be redistributed to further or inland areas to the north, east, west and south. The widespread occurrence of Cycladic or Cycladicizing creations in other Aegean areas attests both to their appeal as objects of prestige and social differentiation and to the fact that the transit trade was conducted for the most part by the seafarers of the Cyclades. 

Moreover, in some cemeteries on the coasts of Attica, Western Asia Minor and North Crete not only Cycladic-type grave offerings have been found, but also types of tombs and burial practices similar to those of the Cyclades. For this reason, these sites have been interpreted by scholars from time to time as “Cycladic colonies”. However, the degree of Cycladic influence at these sites is not the same, and the phenomenon should therefore be interpreted differently in each case. Haghia Photia and Gournes on the coast of north Crete, where the architecture of the tombs and burial customs are foreign to Crete and have close parallels in the Cyclades, and the vast majority of the grave offerings are of Cycladic style or origins, seem to be the only cemetery sites at present at which there are grounds for speaking of the settlement of people from the Cyclades in late Early Cycladic I and in the transitional Early Cycladic I-II phase. Another such site is thought to have been the Minoan gateway port at Poros-Katsambas in the harbour district of Herakleion, where not only large quantities of Cycladic or Cycladic-type pottery, metals and obsidian have been found but the new skilled Cycladic technology necessary for working metals has also been imported.

Question - Which were the main production centers?
Answer - The evidence for the production of various sorts of artefacts which is cited below does not necessarily mean that the sites or islands mentioned are the main production centres. Several of them may have not been identified or come to light as yet.

Regarding production of marble artefacts: Non-invasive optical examination and isotopic analysis of Early Cycladic marble artefacts have demonstrated that the marble came mainly from Naxos and to a lesser extent from Paros and Ios. Vases and figurines were occasionally made of other kinds of stone and/or other materials, though the number of these objects is very small compared with the marble artefacts. Only one stone-mason’s workshop has been identified so far, at the Early Cycladic II settlement at Skarkos on Ios. 

Regarding metalworking and production of metal objects: Copper ores were collected from Kythnos, Seriphos, Siphnos, Lavrion and perhaps Kea, and smelted on Kythnos and at Chrysokamino in Crete. Copper smelting was also taking place at Kavos promontory on Keros and possibly on Seriphos and Kea too. The most interesting copper smelting site in the Cyclades proved to be the site of Skouries on Kythnos, where smelting facilities have been located as well as remains of kilns of the Early Cycladic II period. In Early Cycladic I-II the overwhelming majority of Cycladic copper-based artefacts was made from relatively local copper ores occurring on Kythnos, Siphnos, Seriphos, and in Lavrion, but copper from Cyprus and from deposits in the Taurus Mountains and on the Black Sea coast also appear in small quantities. The quantities of Cypriot and Anatolian copper circulating on the Cyclades increased markedly in late Early Cycladic II and Early Cycladic III period, which indicates lively and increasing contacts with the eastern and southeast Mediterranean in the late 3rd millennium BC. 

Lead isotope analysis of metal artefacts of the Aegean Early Bronze Age has also shown that the two main sources of silver in the Aegean were Siphnos and Lavrion. In Early Cycladic I-II, the majority of Cycladic lead and silver artefacts was made from the lead/silver ores either of Siphnos or of Lavrion, but metals from the two silver mines in northwest Asia Minor are also present. The quantities of lead from Asia Minor increase markedly in late Early Cycladic II and Early Cycladic III, a feature which parallels the increase in procurement of copper from the east during the same period. 
Although many seams of arsenical copper and argentiferous lead have been located in the Cyclades, the only convincing evidence so far for the quarrying of metals in the islands during the Early Bronze Age comes from the mines of argentiferous lead at Ayios Sostis on Siphnos. Smelting was carried out in depressions in the ground near the mines, to avoid transporting large quantities of metal over long distances. The smelting of the argentiferous lead ores yielded argentiferous lead, from which silver was then produced by cupellation. Lead that proved after a small trial cupellation to contain only a small quantity of silver was used to make lead objects. Similar processes were followed to extract and smelt copper-bearing ores.

The end-products were made in the settlements, in which there was probably a separate class of metal-craftsmen. Copper/bronze weapons and tools were cast in open moulds and then forged to give them their final form. Jewellery – bronze, silver and rarely gold –, like silver vases, was made of sheet metal. Clear evidence for metalworking has so far been found at the settlements of Kastri on Syros and Dhaskalio on Keros, in levels of late Early Cycladic II and Early Cycladic III date. At Kastri, one room contained a hearth with pieces of copper slag, an assemblage of bronze objects, obsidian blades, one with metal dross stuck to it, small stone spool-shaped pestles and one clay crucible for smelting the metal. Further evidence that metalworking was practised in the settlement is provided by the occurrence of three more clay crucibles with remains of copper or lead slag on the inside walls and two open moulds, one made of clay and one (double-sided) of schist, for casting weapons and tools. A number of bronze tools or weapons, such as axes and a spearhead, lead clamps for repairing broken vases, and a silver diadem with dot-repoussé decoration of birds, quadrupeds and star-shaped ornaments were also found in the settlement. Dhaskalio has yielded some metal objects and modest indications of metal production, probably casting rather than smelting. These include three substantial copper/bronze objects (an almost flat axe or chisel, a shaft-hole axe and an axe-adze), now termed the “Dhaskalio hoard”, a lead cylinder or weight, splashes of copper on stone, three ceramic tuyères, a small shaft-hole hammer of lead that may have been used in metalworking, and lead clamps to repair pottery.

Regarding working of obsidian: Certain rooms in the settlements, in which groups of spindle whorls, obsidian débitage, metal objects, fine stone pestles, storage jars and stone grinding vessels were found, were presumably used for weaving, working obsidian, the storage and preparation of food, and various other activities related to production and subsistence. However, obsidian blades are a regular component of both settlement and burial assemblages in the Early Bronze Age Cyclades. The funerary consumption of obsidian becomes more popular in late Early Cycladic I and even more so in Early Cycladic II, when multiple-blade assemblages occur in graves and the length of the blades being buried reach as much as 22.5 cm in length. The exceptional length of these blades is considered to be the result of their having been manufactured by a new and highly skilled technology that was developed for and restricted to the burial arena, a phenomenon that Carter has termed the “necrolithic”. Evidence for the production of blades in burial places for funerary use is provided by the presence in some graves of obsidian blades in fragmentary condition or remarkably fresh and mostly unused and of obsidian flakes which may represent debitage from a blade production process, as well as by the fact that both blades and manufacturing debris of obsidian are sometimes found in cemetery areas outside graves.

Regarding production of pottery: Fabric analyses of Early Cycladic pottery indicate that a number of ceramic pots were made out of locally available clays and others were imported both from neighbouring and distant areas. However, only one pottery kiln of this period has been found so far, at the settlement at Ayia Irini on Kea. 

Cycladic-type marble figurine from the cemetery at Phourni, Archanes in north-central Crete. Photo: Museum of Cycladic Art

Question - Regarding to the relation with Crete, where are the main archaeological sites inside the influence of Cycladic Art in the island? 
Answer - Objects of Cycladic provenance or inspiration have been mainly found in north-central and south-central Crete (that is, in the Herakleion Prefecture) and at the north coast of eastern Crete (Lasithi Prefecture). However, sporadic Cycladic or Cycladicizing finds have also been made in the western part of the island, that is, in the Rethymno and Chania Prefectures. (Note that the terms “Cycladic-type”, “Cycladicizing”, and “of Cycladic inspiration” stand for local copies or imitations of Cycladic prototypes). The names of the sites where such objects have been found you can find in the titles of the papers to be given in our Symposium. 

Question - How did Cycladic Art arrive to Crete?
Answer - Raw materials and artefacts of Cycladic provenance reached the north coast of Crete through trade, which, as noted in answer no. 2 above, is believed to have been mainly conducted by the seafarers of the Cyclades. Thence, they would be redistributed further to the east, west and south. However, as also noted in answer no. 2, the cemetery sites at Haghia Photia in east Crete and at Gournes to the east of Herakleion, and the Minoan gateway port at Poros-Katsambas in the harbour district of Herakleion, are thought to indicate settlements of Cycladic people in late Early Cycladic I and in the transitional Early Cycladic I-II period. 

Question - What tell us the last archaeological investigations about the interpretation of this sculptures? 
Answer - According to the most recent views, marble Cycladic figurines were prestige objects with a diversity of meaning and use: they were used, that is, in all rituals that marked the definitive stages of an individual’s life, such as entry into adolescence, marriage and death, and also in rituals in honour of ancestors, which were essential to the survival of the small Cycladic communities and were aimed at asserting their cultural identity. Thus, it has been suggested the figurines were given different painted decoration on different occasions, depending on the symbolic role they were called upon to play. 

The absence of written sources and evidence from securely excavated contexts relating to religion and the practice of cult in the prehistoric Cyclades, combined with the fact that a large proportion of Cycladic figurines have come from illicit excavations, inevitably confines the various views on their significance and use to the level of mere conjecture. Their presence in both tombs and settlements certainly undermines the view that they were intended exclusively for funerary purposes, and supports the probability that they were also used in daily life for ritual purposes. Moreover, the fact that in some cases marble figures broken into pieces, or fragments of figures broken in antiquity, have been found inside or outside tombs, in settlements and in areas of what appears to have been a ritual deposition suggests the performing of rituals during the course of which objects of high symbolic significance were deliberately broken.

Question - Cycladic Art was very appreciated in the past, how far from the centre have been found sculptures or objects linked to this style?
Answer - The extent to which Cycladic raw materials and Cycladic or Cycladicizing artefacts are distributed is given in answer no. 2 above. Regarding the Cycladic and Cycladic-type marble sculptures in particular, they are found from Skyros in north Aegean to the Mesara plain in south Crete, and from Elis in western Peloponnese to Miletus on the western coast of Asia Minor.

Question - What will be the mainlines of the Congress?
Answer - Crete has produced the largest number of Cycladic and Cycladic-type figurines from all the other areas of the Aegean: about 90 such sculptures, both complete and fragmentary, from well documented archaeological contexts have been located so far. A number of them have been identified as direct imports from the Cyclades, while the rest are considered as local imitations of Cycladic prototypes. This taken together with the fact that the Cycladic or Cycladicizing figurines are not only deposited together with other Minoan, Cycladic or Cycladic-type offerings in purely Early Minoan contexts but are also smashed in the way they are in Early Cycladic sites leads to the conclusion that these objects were not simply imported or copied in Crete as objects of prestige and social differentiation but also conveyed the symbolic meaning they had been assigned in the Cyclades. So the discussion of the entire body of this material together with the other associated finds within their archaeological context is hoped to illuminate in light of modern research the sort of relations between the Cyclades and Crete during the 3rd millennium BC.

Author
Mario Agudo Villanueva

Entrevista con Adolfo Roitman: "la idea de A Human Sanctuary es recuperar la dimensión humana de los hombres de Qumrán por medio del cine"

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Fotograma de la película. Fuente: Santuario del Libro.
El Santuario del Libro de Jerusalén, que alberga la colección de Manuscritos del Mar Muerto, ha puesto en marcha una iniciativa pionera para la divulgación de estos importantes textos para la comprensión del judaísmo. Se trata de la grabación de la película A Human Sanctuary, que profundiza en la vida de los esenios de una forma bien documentada. Hemos hablado con Adolfo Roitman, el director del Santuario, sobre esta película y la historia que rodea a los Manuscritos.

Pregunta - ¿Cómo surge la idea de grabar el documental A Human Sanctuary?
Respuesta - A Human Sanctuary no es un documental, sino un film dramático. La idea la sugería allá por el año 2004 cuando estábamos construyendo el nuevo auditorio del Santuario del Libro. Y entonces pensé que sería bueno producir un film introductorio para aclararle a la gente la época y los temas que preocupaban a los hombres de la secta. En una palabra, la idea fue recuperar la dimensión humana de los hombres de Qumrán por medio del cine.

Santuario del Libro. Fuente: Wikimedia Commons
Pregunta - ¿Qué se nos cuenta en ella?
Respuesta - En este película se cuenta, por un lado, la vida de dos jóvenes que son candidatos para ser miembros plenos de la secta, y por el otro, la vida de un sacerdote joven en Jerusalén. La idea original eras mostrar las tensiones, dudas y creencias de estos jóvenes, a los efectos de acercarlos al público moderno.

Pregunta - ¿Podría hablarnos brevemente de los esenios?
Respuesta - Los esenios son una de las sectas que conocíamos gracias a las fuentes antiguas (Filón de Alejandría, Flavio Josefo y Plinio el Viejo). Gracias ahora al descubrimiento de los rollos del Mar Muerto y las ruinas de Qumrán, nos ha sido posible devolver este grupo a la historia factual, con sus textos, artefactos, viviendas e, incluso, tumbas. Este grupo fue una comunidad de disidentes, en polémica con los sacerdotes de Jerusalén, de carácter mesiánico y ultra-conservador desde un punto de visto religioso.

Pregunta - ¿Qué nos queda todavía por conocer de los Manuscritos del Mar Muerto?
Respuesta - Los manuscritos mismos han sido ya publicados, e incluso traducidos a numerosas lenguas modernas. Más allá de cuestiones académicas sin resolver (como puede ser la identidad del grupo o las razones por las cuales estos manuscritos fueron colocados en las cuevas), el gran tema es ahora entender el judaísmo del Segundo Templo a la luz de este descubrimiento.

Pregunta - Háblenos brevemente del Santuario del Libro, que usted dirige, y otras acciones de divulgación que han llevado a cabo. 
Respuesta - El Santuario del Libro forma parte del Museo de Israel, Jerusalén. Fue inaugurado en el año 1965, y este año celebramos el 50 aniversario. Su propósito es exhibir, difundir y preservar estos documentos. A tales efectos llevamos a cabo exhibiciones permanentes en el museo, como así también llevamos exhibiciones itinerantes por el mundo (la última fue en Hong Kong). En cuanto a la difusión, eso lo hacemos por medio de publicaciones, conferencias públicas y cursos. En la última época hemos desarrollado otros medios para la difusión, como es el caso de este proyecto vía Internet, o la producción por primera vez en el mundo de un film de dibujos animados sobre el descubrimiento de los rollos para familias y niños.

Más información
Enlace sobre la película: http://www.imj.org.il/human-sanctuary/
Entrevista con Adolfo Roitman sobre la digitalización de los Manuscritos del Mar Muerto: http://www.mediterraneoantiguo.com/2011/09/entrevista-con-adolfo-roitman-nuestra.html
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